Ciudad de México, (Notimex).- El actual Sistema de Etiquetado Frontal de Alimentos (SEFAB) es incomprensible para la mayoría de la población mexicana, por lo que expertos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) propusieron cambiarlo por otro que incluya advertencias sobre su consumo, y así reducir y controlar problemas como sobrepeso, obesidad y diabetes.
La comprensión del actual etiquetado se dificulta por los escasos conocimientos de nutrición y habilidades matemáticas de la población, ya que, por ejemplo, 97.6% de la población desconoce cuántas calorías debe consumir un niño de entre 10 y 12 años.
De hecho, los mismos estudiantes universitarios de nutrición manifestaron dificultades para interpretar los datos de las etiquetas y de las Guías Diarias de Alimentos (GDA).
El INSP realizó un estudio sobre etiquetado y advirtió deficiencias importantes que impactan en la salud de los mexicanos, ya que no cumplen con el propósito de informar sobre posibles elecciones saludables de alimentos. La Secretaría de Salud dio a conocer los resultados de esa investigación.
Por ejemplo, identificaron que en las etiquetas se utilizan valores, principalmente de azúcar de adultos en productos dirigidos específicamente a niños o productos que pueden ser consumidos por niños, por lo que existe el riesgo de consumo excesivo de nutrientes críticos como el azúcar añadido.
Existen casos, agregan, en que los consumidores no saben si se trata de un mínimo o un máximo recomendado de algún compuesto, ya que los porcentajes utilizados no hacen distinción entre los límites superiores de consumo seleccionados para azúcares, grasas, grasas saturadas y sodio.
Además, las etiquetas de las GDA muestran tamaños de porción arbitrarias, lo que impide que los consumidores hagan comparaciones con otros productos de la misma categoría. Enfatizan que la interpretación adecuada del etiquetado requiere tiempo, pues se necesitan hacer operaciones matemáticas que confunden al consumidor.
Los expertos del INSP mencionaron que el estudio “corrobora que este etiquetado utiliza elementos que excluyen a un gran sector de la población como el saber leer, conocimiento de las necesidades energéticas y el abordaje de operaciones matemáticas”.
Argumentan que al no cumplir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la Academia Nacional de Medicina, es necesario formular un nuevo etiquetado que esté sustentado en recomendaciones internacionales y nacionales de salud.
Para hacerlo comprensible a la población en general, recomendaron adoptar un etiquetado como el de otros países, conocidos como sistemas de advertencias.
La investigación realizada por el Instituto incluyó a 122 estudiantes de la licenciatura de Nutrición, quienes respondieron un cuestionario con 23 preguntas sobre la comprensión de ciertos aspectos del etiquetado.
Los resultados muestran que únicamente 12.5% fue capaz de definirlo correctamente, mientras que 1.8% respondió correctamente a estas preguntas utilizando seis minutos, tiempo superior al que los consumidores toman al checar una etiqueta.
LÍMITES
Los consumidores no saben si se trata de un mínimo o un máximo recomendado de algún compuesto, ya que los porcentajes utilizados no hacen distinción entre los límites superiores de consumo seleccionados para azúcares, grasas, grasas saturadas y sodio.