Tener un automóvil en la pandemia está ganando cada vez más terreno como una necesidad más que como un lujo. Un vehículo dejó de ser un medio de transporte para convertirse en un medio de seguridad, que permita mantener el distanciamiento social para trasladarse a donde sea necesario y hasta un requisito para disfrutar de conciertos en vivo.
En México, como el resto del mundo, la población entera se tuvo que reinventar, desde idear formas para evitar los congestionamientos en el transporte público y el contacto con desconocidos, que son potenciales amenazas de contagio, hasta la forma de romper con la rutina del encierro y poder salir a distraerse un poco de las cuatro paredes que envuelven la covida.
Así, la industria del entretenimiento lanzó autocinemas, autoconciertos, espectáculos de lucha libre para los que, además de la máscara, es necesario un automóvil. Los protocolos para entrar a estos espacios se concentran en evitar a toda costa el contacto físico entre quienes atienden y los clientes, así como mantener el distanciamiento social entre las personas que viajan en distintos autos.
En este momento, la relación se ha invertido, hay mucha más gente que quiere comprar un vehículo usado, que la que lo quiere vender
Y esto ha sido el detonante para la compra de autos usados en México y Estados Unidos.
De acuerdo con el sitio cars.com, adquirir un auto usado es una tendencia que está en la mente de todo el mundo. En Estados Unidos, los usuarios dejaron de usar el transporte público y se trasladan en auto propio para evitar el contacto con mucha gente y reducir una posible exposición al virus.
Pero una vez que termine el coronavirus, el uso del auto se mantendrá como una regla. El estudio señala que, tres de cada 10 estadounidenses que trabaja desde casa, indicó que cuando vuelva a la oficina no usará el transporte público ni los viajes compartidos. Uber resintió también este cambio de paradigma. De acuerdo con sus datos del segundo trimestre, los viajes compartidos cayeron 75 por ciento a nivel mundial. Casi nadie quiere compartir un viaje con un desconocido, más allá del conductor.
ARRANCAN LOS USADOS
La encuesta de cars.com arrojó que 20 por ciento de los estadounidenses dijo que compró un auto nuevo en los últimos meses, donde domina la compra de vehículos usados.
De acuerdo con Ileana Vetrano, directora del Market Place de autos de Mercado Libre, desde mayo, la búsqueda de autos usados alcanzó una proporción de tres a uno contra los nuevos, cuando antes de la pandemia se ubicó en dos a uno.
Además, de acuerdo con Guillermo Rosales, director general de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos (AMDA), la venta de autos seminuevos con crédito en los primeros siete meses del año se contrajo 8.1 por ciento, mientras que la de autos nuevos se hundió casi una tercera parte.
Sergio Mirensky, CEO de Olx Autos, una herramienta digital de compraventa de autos usados, señaló que el comercio de seminuevos en la plataforma ya alcanzó los niveles que tenía a principios de año.
“Sí hay un apetito por vender autos, pero son muchos más lo que quieren comprar. En este momento hay más demanda que oferta. Si me hubieras preguntado en enero o febrero, qué tanto me cuesta comprar o vender un coche, es más fácil venderlo que comprarlo.
“En este momento la relación se ha invertido, hay mucha gente que quiere comprar un vehículo usado, que la que lo quiere vender y es una tendencia que está pasando en muchos países”, dijo en entrevista con El Sol de México.
La marca alcanzó el grado de unicornio el año pasado, cuando se fusionó con Frontier Car Group, y tiene presencia en mercados tan diversos como México, Estados Unidos, Argentina, Chile, Colombia, Indonesia, India, Paquistán y Nigeria.
“Esto ocurre en varios países en los que tenemos presencia, por diferentes factores, como que la gente no quiere usar el transporte público, quien prefiere comprar un auto usado a uno nuevo, gente que a lo mejor tiene tenía un trabajo y ahora con la situación actual tiene otra ocupación que le requiere que tenga un vehículo”, mencionó.
Aunque reconoció que no hay datos duros, mencionó que las personas buscan evitar el transporte público. “Eventualmente la demanda se va a suavizar, pero en este momento, no vemos que eso pase”.
¿NECESIDAD O LUJO?
La pandemia acarreó afectaciones en la economía de casi 65 por ciento de las familias mexicanas de acuerdo con una encuesta de la fintech Yotepreso, lo que causará que la mitad de quienes pidieron una prórroga para pagar sus tarjetas de crédito no puedan pagarlas.
“Muchas personas se quedaron sin trabajo o bajaron sus ingresos en estos meses, así que no es de sorprender que muchas ya no podrán pagar sus tarjetas. Además, algunos bancos están solicitando el total de la deuda y en los que no, los intereses han hecho que las mensualidades sean muy altas”, mencionó Luis Rubén Chávez, CEO de la plataforma. En la encuesta, Yotepresto precisó que sólo 35.3 por ciento de las familias mexicanas no tuvo cambios.
En el resto hubo disminuciones de sueldo, una caída en los ingresos familiares, una baja en los clientes, tuvieron descansos sin goce de sueldo, cerraron su empresa definitivamente o fueron despedidos, lo que les complica el acceso a un automóvil nuevo o usado.
¿Y SI USO EL TRANSPORTE?
Usar el transporte público, un lugar lleno de gente en el que muchas manos tocan el mismo tubo que usamos para sostenernos si vamos de pie, puede resultar una experiencia que genere mucha tensión.
Pero, la Asociación de Transporte Público de Estados Unidos (APTA, por sus siglas en inglés), asegura que seguir los protocolos de prevención puede reducir drásticamente el riesgo de contagio, siempre que no se pase mucho tiempo en el transporte.
En un mundo ideal, la APTA señala que las precauciones necesarias son que todas las personas que se suban al transporte usen el cubrebocas, mantener la unidad ventilada y limpia, así como que los conductores comuniquen permanentemente a los usuarios las medidas que tienen que seguir. Otra sugerencia es lavarse las manos o desinfectarlas con alcohol en gel al entrar y salir del transporte.
Dentro de la unidad, los pasajeros deberían mantener una distancia de 1.8 metros de separación sin importar si están sentados o de pie, dice la APTA.
Pero en el Metro de la Ciudad de México en la hora pico, incluso con la reducción de la movilidad, mantener la distancia es virtualmente imposible.
La gente no quiere usar el transporte, quien prefiere comprar un auto usado es gente que a lo mejor tiene o tenía un trabajo y, ahora con la situación actualSergio Mirensky / Presidente de la OLX
En un recorrido hecho por El Sol de México en diferentes horarios, se constató que en las horas de baja afluencia, los capitalinos respetan hasta las pegatinas que puso el gobierno de la Ciudad de México en el piso de las estaciones.
Sin embargo, en las horas pico, la escena es la misma, un chilango empujando a otro que no alcanza a entrar en el vagón, mientras las personas dentro gritan “ya no cabes”.
Otro factor que reduce los niveles de contagio es guardar silencio, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública.
Hablar, gritar o cantar son acciones que provocan la emisión de microgotas de saliva, la principal forma de transmisión de la enfermedad, especialmente en lugares con mala ventilación, encerrados y con muchas personas, como el vagón del Metro.
Pero ni siquiera el Covid alejó a los vagoneros del Sistema de Transporte Colectivo, pues aunque su afluencia es menor, siguen pregonando los productos que venden mientras caminan entre los pasajeros.
“Sugerimos que se promueva entre la población la recomendación de hablar lo estrictamente necesario en espacios confinados y donde no se pueda guardar sana distancia, aun si se utiliza mascarilla. Esta recomendación tiene buen balance riesgo-beneficio, ya que las personas solo tendrían que guardar silencio en espacios confinados”, dice el Instituto Nacional de Salud Pública de la Secretaría de Salud.
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