En México 56.6% de la población de 15 años o más lo hace en la informalidad, siendo la población de 60 años o más la que muestra el porcentaje más alto, alcanza el 74.2%, expone la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2018 (ENOE).
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo en condiciones de informalidad es un problema persistente en América Latina y el Caribe”, esto porque argumenta que el ingreso por trabajo es un factor esencial para mejorar el bienestar del hogar.
Sin embargo, en el caso de los adultos mayores tienen el más bajo nivel de ingresos comparado a otros grupos de edad. 30 de cada 100 adultos mayores ocupados 29.5% ganan hasta un salario mínimo y 23.8% obtiene ingresos de más de un salario y hasta dos salarios mínimos. Además es el grupo de edad que muestra el mayor porcentaje de trabajadores sin ingreso con un 10%.
Las cifras resultan dramáticas; los datos de la ENOE, elaborada por el Inegi, señalan que conforme a su actividad de ocupación, 21.3% de la población ocupada de 60 años o más se dedica a actividades elementales y de apoyo, 20.8% son trabajadores agropecuarios y 15.2% son comerciantes, empleados y agentes en ventas.
Resalta que son pocos los trabajadores dedicados a actividades administrativas que sólo registra el 2.7% o funcionarios, directores o jefes con el 2.8%.
Esta precariedad laboral, agrega, tiene que ver con el nivel de escolaridad de este sector poblacional. Porque de acuerdo con la Unesco “la educación facilita a los hombres y a las mujeres no sólo la consecución de un empleo, sino que éste sea más seguro” .
En el país la población ocupada de 60 años o más es la que muestra menor nivel educativo, 42.3% tiene primaria incompleta y sólo 15.4% cuenta con educación media superior y superior.
Las brechas en este último nivel de escolaridad se hacen más patentes, por ejemplo, con la población de 15 a 29 años existen 30 puntos porcentuales de diferencia.