La decisión del Gobierno federal de que el Ejército y la Marina controlen la administración de las aduanas y puertos prendió las alertas entre los empresarios dedicados a la exportación e importación de mercancías, quienes consideran que la medida pone a México en “una posición de riesgo" que podría afectar los flujos comerciales e incrementar la desconfianza hacia el país como destino de inversión.
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el 17 de julio que la administración y vigilancia de las 49 aduanas y 17 puertos del país pasará de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar) con el objetivo de combatir la corrupción, el tráfico de drogas y aumentar la recaudación.
"Con esta decisión, el Gobierno federal asume una posición de riesgo, porque una mala intervención del Ejército y la Marina en la administración de las aduanas y puertos, incrementará sensiblemente la desconfianza hacia nuestro país como destino de inversiones, provocando inevitablemente, la pérdida de competitividad de las empresas mexicanas, el cierre de negocios, y la consecuente pérdida de empleos", advirtió el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce).
El organismo que dirige Valentín Díez Morodo consideró que la decisión anunciada genera intranquilidad, debido a que podría obstaculizar el flujo de operaciones de comercio exterior.
La permanencia de las fuerzas armadas en la administración de las aduanas y puertos debe de ser temporal, porque no hay certeza de que las fuerzas armadas tengan la experiencia y conocimiento especializados para atender las distintas transacciones que se realizan en esos recintos, aseguró el Comce.
De acuerdo con cifras oficiales, casi 70 por ciento del PIB nacional está indexado a las operaciones de comercio internacional.
Finalmente, el Comce respaldó el objetivo de combatir la corrupción, el lavado de dinero, narcotráfico y contrabando de mercancías en las aduanas y puertos del país.