La presidenta ejecutiva de General Motors, Mary Barra, dijo el miércoles que la automotriz está cerca de lanzar la producción de su modelo Chevrolet Blazer en México y agregó que sería "muy costoso" trasladar el montaje a una planta en Estados Unidos.
GM anunció en junio que construiría la Blazer en México, lo que motivó críticas y presiones de algunos legisladores para que arme el vehículo en alguna de las plantas de montaje que la compañía está paralizando.
Barra afirmó que la Blazer será "lanzada en los próximos días". Agregó que GM planea iniciar la producción de varios vehículos nuevos en Estados Unidos, incluidos dos nuevos modelos de Cadillac que se montarán en Michigan el próximo año.
La ejecutiva prometió mantener una "mente abierta" sobre el futuro de una planta en Ohio que perderá parte de su producción de vehículos, pero advirtió que la automotriz de Detroit tiene un exceso de capacidad y no sugirió que la empresa esté reevaluando su plan.
Dos senadores de Ohio y otros legisladores estadounidenses han presionado a Barra para que traslade producción desde México o construya vehículos eléctricos en la planta Lordstown Assembly en su estado, que la compañía ha dicho que pretende cerrar.
"Quiero asegurarme de que la fuerza laboral sabe que hay limitaciones y que tenemos un exceso de capacidad en el país", dijo Barra, instando a los empleados en las plantas que serán cerradas que consideren seriamente las ofertas de GM para trabajar en otras zonas del país.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo a GM la semana pasada que la compañía "mejor" debía hallar un nuevo vehículo para construir en la planta en Ohio, estado que podría ser clave para sus posibilidades de ganar la reelección en 2020.
Cuando se le preguntó sobre los comentarios de Trump, Barra no respondió directamente, pero dijo que entiende la fuerte reacción en Washington.
"Entiendo que esto es algo que impacta al país y entiendo que hay mucha emotividad y preocupación", afirmó Barra.
GM dijo la semana pasada que cerraría cinco plantas de montaje en Norteamérica el próximo año y recortaría hasta 15.000 puestos de trabajo. La empresa atribuyó la necesidad de la reestructuración a una desaceleración de las ventas de autos.