TURKU, Finlandia. En un futuro que apuesta cada vez más por las energías renovables, la industria de los cruceros no se quiere quedar atrás, apuntando a barcos libres de diésel o bien, que sean eléctricos.
Tal es el caso de Icon of the Seas, el barco que será el inicio de la nueva familia insignia de Royal Caribbean al que directivos de la empresa consideran “el Tesla de los cruceros”.
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Este crucero, que tendrá una longitud de 365 metros equivalentes a tres campos de fútbol, ya no usará diésel, sino que será impulsado por tres fuentes distintas de energía, principalmente el gas natural licuado.
Destaca también el uso de baterías capaces de general 600 kilowatts así como un sistema de reciclaje que aprovecha el calor generado por los desechos de tripulantes y viajeros.
Claudia Díaz-González, vicepresidenta asociada de Desarrollo de Producto de Royal Caribbean, explicó a El Sol de México que este sistema de pilas de combustible, o fuel cell, se integran por primera vez en un barco para determinar su capacidad.
Sin embargo, es un desarrollo en el que la empresa viene trabajando desde hace mucho tiempo.
“Esto no es algo nuevo que pasa por estar construyendo el Icon of the Seas, tenemos 50 años que nos dedicamos a esto y en los que nos hemos preocupado por mejorar la industria y hacerla más verde”, declaró.
Royal Caribbean empezó a diseñar este nuevo crucero hace siete años, en 2016, tomando en cuenta los gustos y requerimientos de sus usuarios y huéspedes, pero también con miras hacia un uso más eficiente de los recursos.
Alberto Muñoz, vicepresidente de la empresa para América Latina, comentó que tal como pasa en otras industrias, como la automotriz, el futuro para los cruceros es verde y no descartó que en el largo plazo se puedan tener barcos cien por ciento eléctricos.
Para ello hace falta mucho, ya que es un trabajo conjunto de toda la industria. comentó el vicepresidente.
El directivo comentó que Royal Caribbean colabora con otras compañías y con autoridades de los países en los que tiene presencia para avanzar en este objetivo de cero emisiones.
“Royal empuja más en innovación, pero además de buscar ser los primeros con nuevas tecnologías también buscamos compartirla”, dijo el directivo.
Con gobiernos y autoridades portuarias, refirió que están llevando conversaciones para invertir en infraestructura que haga a los puertos más amigables con el medio ambiente, con terminales de carga eléctrica para barcos.
Uno de los destinos más demandados por los clientes de Royal Caribbean es Cozumel, Quintana Roo, puerto en el que zarpará el Icon of the Seas, por lo que Muñoz no descartó que haya conversaciones más periódicas con autoridades mexicanas sobre este tema.
Pero el primer paso es dejar de usar diésel y apostar por los barcos híbridos, que usen energías más limpias, como es el caso de Icon of the Seas.
CRUCEROS SUSTENTABLES
Jay Schneider, director de Innovación de Productos de Royal Caribbean, explicó que la visión de la empresa es trabajar las próximas dos o tres décadas en consolidar este modelo de buques.
“Un barco impulsado por gas es más eficiente”, sostuvo, ya que Icon of the Seas tendrá 20 por ciento menos emisiones respecto a la familia Oasis.
El gas natural licuado, principal fuente de este equipo, reduce emisiones como el dióxido de azufre a prácticamente cero, explicaron directivos durante un recorrido al barco.
Además el crucero tendrá una conexión a la red eléctrica en tierra y sistemas de recuperación de calor residual, entre otras opciones de energía limpia.
Schneider explicó que gracias a está configuración híbrida, el barco puede usar energía eléctrica cuando atraque en un puerto como Cozumel, Quintana Roo y así apagar sus motores y mantenerse funcionando.
El CEO de Royal Caribbean Group, Jason Liberty, dijo que el diseño de este nuevo barco va en línea con la responsabilidad de la compañía de hacer que sus equipos sean lo más sostenibles posible.
“Debemos asegurarnos de ofrecer las mejores vacaciones, pero hacerlo de manera responsable”, comentó.
Además de ser más eficiente, Icon ofrecerá 62 por ciento más agua a sus visitantes que las familias de cruceros anteriores, esto se traduce en más albercas, más jacuzzis y un nuevo parque acuático con toboganes.
AVANCE DE 80%
El Icon of the Seas, que será el barco de pasajeros más grande en el mundo, lleva un avance de 80 por ciento en su construcción, esto a casi nueve meses de que zarpe en su primer viaje comercial por el Caribe.
En el astillero Meyer Turku, en Finlandia, más de dos mil trabajadores de distintas partes del mundo trabajan arduamente para concluir con los ocho barrios del crucero, cada uno con distintas amenidades para los viajeros. El ruido de martillos, cinceles, pulidoras, soldadoras y taladros no cesa.
Decenas de trabajadores caminan aprisa por las entrañas del crucero cargando material y colocando piezas en su lugar, en una sinfonía bien orquestada de movimientos y sonidos.
Los pasillos, que en unos meses serán lujosos espacios con bares, restaurantes y teatros, entre otros servicios y atracciones, hoy lucen estrechos por la aglomeración de decenas de andamios y miles de cables, estos últimos suficientes para darle la vuelta al mundo 2.5 veces, destacaron directivos.
En cualquier punto de las instalaciones del astillero se puede observar que el enorme crucero está tomando su forma, desde el enorme domo en la proa, que será espacio para espectáculos de producción original de Royal Caribbean, hasta el parque acuático en la popa, fácil de distinguir por sus diversos y enormes toboganes.
La construcción de este gigante del océano se ha llevado siete años, debido en parte a los retrasos generados por la pandemia del Covid-19, que si bien no paró las actividades en el astillero, sí desaceleró el ritmo del proyecto debido a la falta de materiales por las afectaciones globales en las cadenas de suministro, contó la vicepresidenta asociada de Desarrollo de Producto de Royal.
Claudia Díaz-González agregó que la inversión para este buque se ha mantenido en los dos mil millones de dólares presupuestados desde el inicio, esto pese a la extensión en el tiempo y a presiones inflacionarias.
El barco contará con una longitud de mil 197 pies, superando los mil 188 del Wonder of the Seas, también de Royal Caribbean. Con esto, la empresa se mantendrá como líder en la industria al contar con los seis cruceros más grandes en el mundo.
Michael Bayley, CEO de Royal Caribbean International, dijo que las horas de trabajo en este buque serán garantía de las mejores vacaciones para los clientes de la empresa.
Con sus más de 250 mil toneladas de peso, el Icon puede recibir a unos siete mil 600 pasajeros. Sus 20 cubiertas, además de ser dos más que la familia de cruceros que lo precede, son más amplias y ofrecen más amenidades.
“Hace siete años empezamos a soñar con lo que podría estar en este barco. Nuestro objetivo era crear las mejores vacaciones”, dijo a este diario la vicepresidenta Díaz-González.
Royal Caribbean recibirá el Icon of the Seas formalmente en octubre, esto para realizar las pruebas necesarias en mar con su personal y socios.
Será hacía finales de enero que el barco comience oficialmente su travesía por el Caribe, incluyendo dos puertos mexicanos: Cozumel y Puerta Maya.
En el astillero de Meter Turku ya empezaron las pruebas para que el barco flote, así como las inspecciones para asegurar que los camarotes y servicios cumplan con la máxima calidad.
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Los trabajadores del astilleros caminan de un lado a otro apresurados para avanzar en el proyecto, porque los otros dos Icon ya están en la pizarra para entregarlos hacia 2026.
En tanto, diseñadores y directivos de Royal Caribbean preparan maletas para mudarse en el siguiente verano al puerto finlandés con el fin de garantizar su objetivo, que Icon of the Seas ofrezca las mejores vacaciones en altamar a partir de enero de 2024.