No hace sentido que habiendo tanta tecnología y tanto cambio, las casas se sigan construyendo casi igual que hace miles de años, reflexionan los emprendedores Diego Kuri y Gilberto Gutiérrez.
"Salvo por el uso de ciertos materiales, si me trajera a un egipcio del 2000 antes de Cristo prácticamente nada habría cambiado, seguiría cargando y armando las cosas de la misma manera. Si existe toda la tecnología, tanto a nivel informático como el materiales y procesos que se puede aplicar debe haber una mejor manera".
Kambio, la startup que Diego, Gilberto y su socio Jerónimo Berenguer han creado, busca echar para adelante a esta industria tan vieja como la humanidad.
Kambio es un startup dedicada a la fabricación y diseño de vivienda "bajo demanda".
A través de prefabricados modulares Kambio construye casas que han sido personalizadas por sus usuarios desde una plataforma web donde pueden elegir el tamaño, número de habitaciones, servicios, texturas, acabados, colores, y materiales.
Mediante una interfaz interactiva los usuarios van observando los cambios físicos mientras que el costo de la construcción se va actualizando en tiempo real.
"Algo que nos parecía importante era la interactividad de la página para que fuera algo muy dinámico y se sintiera que estás haciendo una compra remota para experimentar lo más similar a lo que realmente vas a vivir al final".
El proceso de construcción de Kambio es la modularidad y la idea central es ofrecer para la industria de la construcción una especie de línea de ensamblado automotriz.
Al haber establecido ya acuerdos con proveedores de todo tipo, la startup logra generar "piezas", como pisos, paredes y mobiliarios de manera casi inmediata al gusto de los usuarios.
Al recibir la orden simplemente pone en marcha su red de proveeduría y ensambla en el sitio los paneles prefabricados.
La promesa de esta startup es la entrega con mano en llave de los proyectos en sólo tres meses.
"Lo que buscamos hacer en esta primera fase de lanzamiento era, en vez de tratar de meternos a desarrollar desde cero, encontrar proveedores que ya tenían materiales que aplicaban de cierta manera en la industria de la construcción.
"Es mucho más fácil escalar la demanda en función de la oferta porque no está todo centralizado. Son distintos proveedores de distintos acabados y materiales a quienes se les encarga su pedacito de la casa. Somos una especie de condensador".
Según explican, los principales valores agregados que viene a traer el modelo de construcción en Kambio es la personalización de los espacios y la reducción de tiempo, pero más importante es la eliminación de la incertidumbre de costos y tiempos intrínseca a la construcción tradicional.
"En la construcción tradicional cuando estás haciendo cualquier proyecto el tema de cuánto tiempo te vas a tardar y cuánto te va a costar casi nunca se logra como se planeó, y esto es terrible cuando no son gastos menores.
"En ese sentido el nombre del juego es generar certidumbre para nuestros clientes y en eso consiste básicamente el modelo de negocio, la aplicación de la tecnología desde todos los lados de la experiencia de ventas y construcción".
Diego y Gilberto se conocen desde hace ocho años cuando coincidieron ambos en WeWork Latinoamérica. Gilberto, arquitecto de profesión, era el encargado de armar la construcción de los coworkings mientras que Diego era el líder de expansión.
Ambos separaron caminos cuando Gilberto partió para crear su propio despacho de arquitectura en el cual puso en práctica una añeja pasión por la arquitectura modular y la escuela japonesa del "lean design", la cual privilegia sobre todas las cosas la eficiencia en los métodos de producción.
"La construcción es muy incierta, sucia y muy artesanal, entonces me parecía que era muy extraño que en todas las industrias la tecnología estaba permeando y optimizando los procesos y mejorando la experiencia pero la construcción seguía siendo igual que los últimos 500 años".
Por su parte, Diego fue escalando en el organigrama de WeWork durante casi seis años hasta alcanzar el puesto de líder global de ventas, tiempo en el cual también se dedicó al capital de riesgo como inversionista y asesor de startups, algunas de ellas proptech.
Según cuenta, durante su estancia en Estados Unidos Diego reparó en la escasez de vivienda unifamiliar y junto a Gilberto imaginó una manera de incorporar los principios del "lean design" y la construcción modular a la construcción de vivienda.
Para la concepción de Kambio, Diego, Gilberto y su socio Jerónimo Berenguer pondrían en práctica lo aprendido en WeWork y su modelo de construcción basado en la homologación de procesos de construcción de todas sus oficinas, el cual le ha permitido su explosivo crecimiento a nivel global a la empresa fundada por Adam Neumann.
"Nosotros siendo mexicanos sabemos que más del 70 por ciento de los autos de Estados Unidos se hacen en México. Empezamos a ver la manera decque pudiéramos crear un esquema similar con una línea de producción utilizando tecnología de prefabricación para las casas.
"El trabajar en startups como WeWork con modelos de crecimiento acelerado y con altos estándares de calidad fue una gran experiencia porque había que mover muchas cosas y a mucha gente para que las cosas pasaran y así es como nació Kambio".
La experiencia de los socios tanto en WeWork como en el capital venture les permitió rápidamente levantar 1.2 millones de dólares de pre semilla entre fondos como First Check Ventures, Plug and Play y Asymmetric Ventures, los cuales han invertido en emprendimientos como Dropbox, Pay Pal o Pulppo.
Según explican, esto se debe a que el proptech, a diferencia del e-comerce o el fintech, aún es un terreno poco explorado en América Latina, por lo que empresas con modelos de negocio innovadores están logrando obtener la atención de los inversionistas.
Al respecto Diego dice: "creo que en América Latina el modelo de fintech está súper comprobado y ahí es donde se están metiendo casi todas las canicas; sin embargo el proptech en la parte de construcción falta mucho por innovar".
A sólo cinco meses de haber nacido al momento la startup cuenta ya con ocho casas construidas, todas en Querétaro, y registra una lista de espera de 150 en Jalisco, Riviera Maya, Ensenada, Los Cabos, Monterrey y Tabasco.
Según explican los socios, la pandemia representó un cambio de paradigma en cuanto al desarrollo del mercado inmobiliario lejos de los centros urbanos.
Al tiempo que el trabajo remoto se ha ido expandiendo las personas están buscando vivienda en localidades más remotas donde la tierra es más barata y hay más espacio.
Esto hace que el modelo de Kambio sea especialmente atractivo para personas que buscan hacerse de una casa de descanso fuera de la ciudad, o para quienes creen que en un futuro sus hogares van a tener que ser remodelados de manera drástica.
"Tenemos un cliente que tiene dos hijos adolescentes. Nos decía que ahora viven en la casa, pero están a unos años de que se vayan a estudiar entonces lo que quería era la flexibilidad para modificar los espacios y cambiarlos con base en sus necesidades como usuario".
El modelo también resulta interesante para el sector turístico, el cual se beneficia particularmente por la reducción de la incertidumbre en los procesos de construcción y los tiempos de espera.
"Kambio no es más barato que la construcción tradicional en cuanto a costo directo, en lo que se vuelve más barato es en el tiempo, sobre todo en el caso donde tú eres un hotelero que tiene que pasar un año y medio construyendo sin generar rendimientos.
"Hemos visto mucho, mucho interés en otras áreas que no son solamente viviendas familiares".
Según adelantan, antes de terminado el año Kambio saldrá de nuevo al mercado de capitales de riesgo para obtener financiamiento para su expansión regional.
De manera destacada –dicen– Kambio ha detectado demanda de su modelo en mercados estadounidenses como Florida, Tejas, Arizona y California así como en Europa.
"Nuestro objetivo principal es tener toda esta red de proveedores de materiales para entregar las casas en menos de tres meses y de ahí satisfacer la demanda de nuestra lista de espera.
"A futuro es seguir innovando en tecnología de construcción, no solamente traer los paneles, sino también traer nuevas tecnologías como la impresión en 3D".
Sobre México como mercado de lanzamiento, los emprendedores refieren que lo seleccionaron específicamente por su larga tradición manufacturera, en la cual se ha ido desarrollando toda una cadena de proveeduría y logística en multiplicidad de industrias. Asimismo su cercanía con la mayor economía del mundo hacía del país el punto de origen ideal.
"La verdad es que es un gran momento para México y el resto del mundo lo está volteando a ver. Nosotros ya estamos aquí, tenemos el know how y la idea es aprovechar esta coyuntura histórica. Y pues el que pega primero pega dos veces".
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