Este año la banca continuará como un motor de crecimiento de la economía mexicana, pese a los factores políticos internos que en México puedan presentarse, dijo Daniel Becker Feldman, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM).
Dentro de la agenda política para este año, recordó Becker Feldman, está la consulta para la revocación del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero afirmó que este tema “no le preocupa a la banca”, pues, en su opinión, los negocios del sistema financiero siempre tendrán una visión de largo plazo.
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“La revocación de mandato será un ejercicio democrático, en realidad no hemos visto que tenga ningún impacto de cara a la posibilidad de seguir incrementando la penetración de crédito y que las variables económicas se vean afectadas”, comentó el presidente de la ABM en entrevista con El Sol de México.
“Además, por ejemplo, ya hemos visto otras varias iniciativas que ha generado el poder legislativo y han tenido un gran proceso de pesos y contrapesos”, agregó a pocos días de que inicie la 85 Convención Bancaria.
Sin embargo, el directivo reconoció que para poder incrementar el negocio bancario en el país se necesita detonar el crecimiento económico, pues eso es un reflejo del bienestar de las familias y su capacidad de pago.
En 2021, la segunda mayor economía latinoamericana creció un 5 por ciento a tasa anual, tras el desplome de 8.2 por ciento en 2020 debido a los estragos de la pandemia de Covid-19, mientras que para este año el banco central mexicano redujo su proyección de crecimiento a un 2.4 por ciento desde el 3.2 por ciento previo.
Dentro de la agenda, Becker Feldman también mencionó temas como la nueva competencia para la banca tradicional proveniente de las fintech, así como la posibilidad de que más bancos centrales emitan sus propias monedas digitales.
“Los retos que tenemos al interior son continuar generando elementos de crecimiento económico, porque eso claramente explica la posibilidad de seguir profundizando el crédito a las empresas y las familias”, dijo.
Destacó que han identificado riesgos internos relacionados con una mayor competencia. “Se trata de participantes como los intermediarios financieros no bancarios y las fintech. Y por supuesto otra cosa que tenemos que estar muy atentos es ver cómo evoluciona el mundo de las bigtech, que no son fintech pero sí grandes tecnológicas; hay que ver cómo incursionan al sistema financiero y bajo qué regulación”.
“Otro tema que nos parece relevante es entender cuál va a ser el impacto o cuáles pueden ser los diferentes escenarios en caso de que los bancos centrales emitan sus propias monedas digitales”.
—¿Cómo sale la banca de la crisis del Covid-19?
“La banca está mucho más robusta y mucho mejor equipada, esto es resultado de todos aquellos procesos y modelos de prevención del gobierno que se han ido implementando en diferentes bancos a partir de la normalidad y la regulación”,.
“En México siempre estamos muy anticipados con diferentes posibilidades gracias a Basilea III, una regulación internacional, y creo que eso pone a la banca en un contexto de estar mucho mejor equipada para estos eventos de volatilidad, los cuales vamos a ver, estamos viendo y que seguramente veremos hacia adelante”.
El directivo consideró que tras la peor crisis que había vivido el país en los últimos 100 años, la banca fue un elemento de solución y no generó ningún problema ni para los ahorradores, ni para las finanzas públicas. “Estamos optimistas y convencidos de que estaremos mejor equipados a futuro y con las condiciones actuales”.
—¿A diferencia de otras crisis hubo más o menos apoyos por parte del gobierno?
Sobre este punto, recordó que el gobierno decidió que no iba a destinar recursos fiscales para apoyar a a las Pymes o las familias, como en los países desarrollados.
“Pero lo que sí vimos es que hubo un gran diálogo por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y de la Secretaría de Hacienda para implementar criterios contables especiales”.
En su opinión, esto “ayudó a mitigar las potenciales pérdidas de la banca y también ayudaron a darle un respiro a los deudores. Si bien no hubo estímulos fiscales asociados, porque no teníamos el suficiente espacio, se trató de apoyar a los deudores y evidentemente esto impactó de forma marginal los resultados de la banca”.