La iniciativa privada deberá invertir seis mil millones de pesos para cambiar en seis meses las etiquetas de productos como galletas, refrescos y frituras, entre otros, como establecen los cambios a la Norma Oficial Mexicana (NOM) 051.
Alejandro Malagón, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (Canainca), indicó que dicho monto sólo se refiere al cambio físico de las etiquetas, sin considerar el costo de propiedad intelectual, por lo que la inversión sería mayor.
Lo anterior obedece a los nuevos lineamientos de la NOM 051 sobre el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados, que aprobaron la Secretaría de Economía (SE) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) el pasado viernes.
Los cambios a la NOM establecen un etiquetado frontal para los productos, que advierta al consumidor sobre el exceso de azúcares, grasas, sodio y contenido energético, así como nuevas leyendas que adviertan si se trata de sustitutos o si contiene cafeína, entre otros elementos.
Una vez que la NOM 051 sea firmada por el jefe del Ejecutivo Federal y se publique en el Diario Oficial de la Federación, la industria tendrá un periodo de transición que podría ser de hasta seis meses para cambiar el etiquetado de sus productos, anticipó Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
En ese sentido, si la nueva NOM se publica en los siguientes días, la industria mexicana deberá tener listos los nuevos empaques de sus productos, con el etiquetado que establecieron las autoridades federales, a principios del verano.
Sin embargo, los representantes de las principales cámaras empresariales reiteraron su rechazo al nuevo etiquetado frontal a productos de consumo propuesto por el gobierno federal.
De acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el etiquetado aprobado por la SE y Cofepris no resuelve el problema de obesidad en México ni contribuye a informar a los consumidores sobre una alimentación adecuada.
El presidente del organismo, Carlos Salazar, acusó a las autoridades de no escuchar las propuestas de la iniciativa privada e hizo un llamado para dar marcha atrás a la norma y entablar un diálogo entre todos los sectores involucrados con el tema.
En conferencia de prensa señaló que durante meses las empresas realizaron mesas de trabajo sobre la modificación de la NOM 051, de las cuales resultaron diversas propuestas para atacar la pandemia del sobrepeso y la obesidad en el país, las cuales, dijo, “fueron ignoradas por la autoridad”.
De acuerdo con el empresario, los cambios en la NOM 51 no son claros y tampoco garantizan una disminución en el problema de obesidad en el país.
El presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega, descartó que el nuevo etiquetado contribuya a disminuir el consumo de calorías entre los mexicanos.
Consideró que la NOM, tal como fue aprobada, “satanizará” los alimentos y bebidas empaquetados y serán compensados con productos informales sin etiquetado, lo que impactará seriamente a la salud de los consumidores.
Además, De la Vega advirtió que la norma afectará la producción y el empleo del sector primario ante la minusvalía en la demanda de alimentos procesados. Cálculos de la iniciativa privada señalan que el etiquetado “impuesto” por el gobierno federal puede reducir entre 25 y 30 por ciento el consumo de productos preenvasados.
En Chile, la entrada en vigor del etiquetado frontal más agresivo para este tipo de alimentos y bebidas redujo en esa proporción su consumo, señaló Jaime Zabludovsky, presidente del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico).
Con el nuevo etiquetado aprobado en la NOM 051, el gobierno federal pretende atacar un problema de salud pública, como es la obesidad y enfermedades como la diabetes, y con ello impulsar el crecimiento económico del país.
“Hay evidencia suficiente y hay una batería que demuestra que la salud es un elemento indispensable para la productividad de los trabajadores y para la competitividad de la economía”, dijo Ernesto Acevedo Fernández, subsecretario de Industria y Comercio de la SE, durante una reunión plenaria de Morena en el Senado.
De acuerdo con el funcionario, la epidemia de la obesidad en México además de efectos nocivos sobre la salud de la población reduce la productividad y competitividad del país.
“No solamente tiene un impacto negativo en las finanzas públicas porque los sistemas de salud van a estar imposibilitados de atender esta oleada, que está propiciando esta epidemia, sino que también se está mermando la capacidad productiva de los trabajadores y la competitividad general del país en el mediano y largo plazo”, indicó.
Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señalan que 75.2 por ciento de la población padece sobrepeso u obesidad.
Asimismo, la Secretaría de Salud estima en 174 mil 230 millones de pesos el costo directo de la obesidad y el sobrepeso en México.
Ante la posible oficialización de los cambios en la NOM 051, la iniciativa privada analiza las acciones legales que emprenderá por las afectaciones.