A México le llevaría entre 19 y 29 años disminuir a la mitad la brecha que hoy existe entre el acceso a infraestructura básica y servicios educacionales de los jóvenes rurales, en comparación a los urbanos, advierte la FAO.
En el estudio: Reversión histórica en la lucha contra la pobreza rural en América Latina y el Caribe, expone que en la región aún existen territorios que son verdaderas “trampas de pobreza”, incluso en países de ingreso altos. Persisten enormes brechas entre las posibilidades de desarrollo de los territorios urbanos y rurales.
Explica que la pobreza en las zonas rurales de América Latina y el Caribe ha vuelto a crecer por primera vez desde hace una década, señala una publicación de la FAO.
Advierte sobre una histórica reversión en la pobreza rural de la región, que creció en dos millones de personas entre 2014 y 2016, alcanzando un total de 59 millones personas.
Indica que desde 1990 hasta 2014, la pobreza rural en la región había caído casi 20 puntos porcentuales, desde el 65 al 46%. Pero entre 2014 y 2016, tanto la pobreza como la pobreza extrema aumentaron dos puntos porcentuales cada una, alcanzando 48.6% y 22.5% respectivamente.
La última vez que la región pasó por un retroceso de esta magnitud en materia de pobreza rural fue por los efectos de la crisis financiera internacional de 2008.
Esto tiene que ver con el fenómeno creciente de la migración desde el campo vinculada a territorios diezmados por la pobreza y la vulnerabilidad climática
Apunta que una buena parte de las personas que migran por desesperanza lo hacen desde zonas rurales diezmadas por la pobreza, la inseguridad y la vulnerabilidad ambiental, según el Panorama de la Pobreza Rural.
Este informe indica que el ingreso laboral anual promedio de un trabajador del sector rural en América Latina en 2015 era de 363 dólares, menos de la mitad de los 804 dólares de los trabajadores urbanos, en el mismo año.
RETOS
Según la FAO, eliminar la pobreza rural es clave para enfrentar a las economías ilegales como el tráfico ilícito de drogas, la trata de blancas, la tala de bosques y minería ilegal, que han ganado espacio en la región y aumentan la inseguridad en los territorios rurales.