Ciudad de México, (Notimex).- Las principales amenazas cibernéticas que enfrentan las empresas y el sistema financiero a nivel mundial en 2019 están relacionadas con distintos métodos de robo o suplantación de identidad, de acuerdo con la empresa consultora de ciberseguridad Tekium.
El director senior de Ciberinteligencia de Tekium, Alfredo Brandt, explicó que mediante el robo de identidad se usa la información, historial crediticio u otras características de identificación personales para realizar compras, retiros o préstamos sin autorización.
Durante la conferencia “Ciberinteligencia, orientada al sector financiero nacional”, realizada en la Cámara Española de Comercio, apuntó que el uso de cuentas bancarias es otro riesgo cibernético, el cual tiene como propósito realizar transacciones no autorizadas.
De igual forma, el “ransomware” es otra amenaza que enfrentan las corporaciones, la cual consiste en un tipo de software malicioso diseñado para bloquear el acceso a una computadora o cuenta hasta que se realice un pago.
Otro riesgo cibernético que enfrentarán las empresas es la “ingeniería social”, que son métodos diseñados para engañar a personas a ceder información vital, que posteriormente sirve para penetrar sistemas corporativos.
El directivo de Tekium subrayó que todas las empresas deben tener un área especializada en ciberinteligencia para mitigar estas amenazas, la cual debe complementarse con adiestramiento, diagnóstico interno asertivo y contraste tecnológico.
“Todas las empresas que manejen información o algún otro activo de valor para los cibercriminales van a estar siempre en constante escrutinio para detectar vulnerabilidades en sus sistemas y atacar, la pregunta no es si este escenario es posible, la pregunta es cuándo va a suceder”.
Y es que el resultado de las pérdidas en promedio por ataques de “malware” en Estados Unidos es de 2.4 millones de dólares, en donde 44% de las alertas de seguridad de las multinacionales en ese país no son investigadas.
En México y otros países de América Latina las cifras son poco conocidas por el hermetismo de las instituciones bancarias, pero se estima que las pérdidas son millonarias.
Esto no sólo en términos económicos, sino en detrimento de la credibilidad de las instituciones, reputación y la inminente diáspora de clientes que temen que las instituciones no les brinden la seguridad que requieren para mantener sus inversiones con ellos, añadió.