La inclusión de México en una lista de aranceles de 20 y 50 por ciento a la importación de lavadoras y paneles solares por parte del gobierno estadounidense, deja ver el proteccionismo comercial excesivo y frecuente del mandato de Donald Trump.
Pero sin duda, las empresas surcoreanas Samsung y LG son las más afectadas debido a que envían entre 2.5 y tres millones de lavadoras al año a Estados Unidos.
Y es que la firma Whirlpool es la compañía que comenzó el escándalo de las lavadoras, al presentar una petición en 2011, misma que desembocó en la medida arancelaria. Cabe destacar que Whirlpool con sede en Michigan, un estado decisivo para la victoria de Donald Trump, hoy es la mejor posicionada con alrededor del 43 por ciento del mercado de lavadoras en Estados Unidos.
Un daño colateral es que los consumidores americanos podrían ser los más afectados, así como los trabajadores si las marcas extranjeras reducen sus planes de producción en Estados Unidos.
La decisión “es una gran pérdida para los consumidores y trabajadores estadounidenses. Esta tarifa es un impuesto a cada consumidor que quiera comprar una lavadora. Todos pagarán más, con menos opciones”, dijo Samsung en un comunicado.
Ante ello, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, indicó que la medida ya es analizada.
"Las exportaciones de lavadoras y páneles solares de México a Estados Unidos no es grande, somos el 0.7 por ciento del mercado estadounidense, la medida estuvo dirigida hacia Corea y China, pero sabemos que no es el mensaje correcto para México y Canadá", indicó el secretario en una entrevista para Bloomberg en el marco del Foro Económico Mundial en Davos.
Informó que sostendrá una cena con el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, en la que abordará el tema para cuestionar el rumbo y motivos de tal decisión y como afecta a nuestro país.
En tanto, Manuel Valencia, académico del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, explicó que la imposición de aranceles hacia nuestro país no es nueva, sin embargo, puede generar una “guerra comercial”.
“Esto abre a guerras comerciales y también en una artimaña política de parte de Estados Unidos en medio del contexto económico”, indicó. El académico agregó que el problema se agrava por el contexto de la negociación del TLCAN por lo que la lectura ya no es sólo como industria sino también como país porque son los ensayos para el resto de la negociación.
“Haya o no haya TLCAN, Estados Unidos podría estar jugando con los aranceles con la intención de equilibrar temas de déficit”, por lo que es importante reaccionar. “Hay que evaluarlo porque una vez que se impone y al no ver una reacción por parte de nuestro país, Estados Unidos puede ir incrementando.