Los nuevos cambios que se registran en la organización de la producción y el trabajo a causa de las tecnologías y la proliferación de nuevas formas de empleo que se apartan de la relación laboral asalariada tradicional generan nuevos desafíos en países como México, donde más de la mitad de los trabajadores no cotizan a un sistema de seguridad social.
Los datos aportados por el estudio: El Panorama Laboral Temático de OIT “Presente y futuro de la protección social en América Latina y el Caribe, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que es necesario tomar acciones contundentes para cerrar las brechas de cobertura existentes en la actualidad.
Precisa que en México, como en el resto de los países de América Latina, más de la mitad de los trabajadores no cotiza para la seguridad social. Este nuevo informe sobre el estado de la protección social en la región destaca que se registran avances en la cobertura, pero persisten brechas que deben ser atendidas de forma imperiosa, y alerta sobre la necesidad de hacer frente a los desafíos que trae consigo el futuro del trabajo.
Expone que además de los desafíos estructurales, la protección social en la región está crecientemente afectada por los acelerados cambios que se generan en la organización de la producción y el trabajo a causa de las disrupciones tecnológicas y la proliferación de nuevas formas de empleo que se apartan de la relación laboral asalariada tradicional.
Indica que estos cambios están teniendo, y tendrán aún más en el futuro, un impacto directo en el aún insatisfactorio desempeño de la protección social, tanto en su cobertura como en su suficiencia y sostenibilidad.
Resalta que la mayor incidencia de las nuevas y diversas formas de empleo ponen en riesgo incluso a los segmentos tradicionalmente formales y estables de la economía que han contado con un acceso relativamente satisfactorio a un conjunto de protecciones laborales, incluyendo la seguridad social.
Agrega que además el envejecimiento de la población afecta fuertemente, aunque de manera diferenciada, a las sociedades de la región. “La incidencia de desastres naturales también genera riesgos y demandas particulares sobre los sistemas de protección social”.
Por ello, los sistemas de protección social, su diseño, características y financiamiento ocupan un lugar destacado en los debates actuales sobre el futuro del trabajo e involucran preguntas fundamentales sobre los ajustes necesarios en los modelos existentes de provisión y financiamiento de la seguridad social.
La combinación de características estructurales sin superar del pasado, y de nuevos desafíos, retan a las políticas públicas de protección social, y a otras políticas económicas y sociales conexas, a redoblar esfuerzos y a repensar modelos, no sólo para responder a la insuficiente creación de empleos de calidad y a la persistente informalidad laboral, sino también al agudo incremento en las tasas de dependencia y el surgimiento de nuevas modalidades de empleo con limitada cobertura de la seguridad social.
Indica que los sistemas existentes en la región están en una encrucijada marcada por la necesidad de responder a necesidades de cobertura (cantidad de población alcanzada), de suficiencia (nivel de las prestaciones) y de sostenibilidad (capacidad de garantizar coberturas y prestaciones).
PRIORIDAD
“La protección social es un componente fundamental del desarrollo económico y social, esencial para tener éxito en la lucha contra la pobreza y la desigualdad"