PARÍS, Francia. Con la mirada puesta el excanciller Boris Johnson, su principal rival dentro del Partido Conservador, la primera ministra británica Theresa May acusó a los críticos de su plan sobre el Brexit de “estar jugando con el futuro del país”.
Así, en una entrevista que publicó el Sunday Times, May mostró que está decidida a librar una batalla sin cuartel contra el ala más dura del partido tory que encabezan Boris Johnson, el secretario de Medio Ambiente, Michel Gove; el exministro del Brexit, David Davis, y el influyente diputado Jacob Rees-Mogg.
“Somos el partido que empeñó su palabra sobre la forma en que serán gobernados los británicos. Y respetamos la decisión que tomaron: salir de la UE y retomar el control de nuestro dinero, nuestras leyes y nuestras fronteras", escribió en el mensaje de bienvenida a los delegados en el congreso del Partido Conservador que se realiza en Birmingham.
Ese párrafo prefigura el discurso que pronunciará el miércoles en la clausura del congreso tory para defender el llamado plan de Chequers, que constituye su base de negociación con Bruselas para definir las condiciones que mantendrá Gran Bretaña después que abandone la Unión Europea (UE), el 29 de marzo de 2019. El plan, que propone la creación de un mercado común de bienes con equivalencia regulatoria, fue rechazado por “insuficiente” en la cumbre de la semana pasada en Austria y por Boris Johnson. El Consejo Europeo, órgano ejecutivo de la UE, consideró que la solución propuesta vulnera la integridad del mercado único y no resuelve el problema de la frontera irlandesa.
En un artículo publicado el viernes en el diario The Telegraph, Johnson lo calificó, por su parte, de “humillación moral e intelectual para el país". El excéntrico excanciller, que espera asestar un golpe definitivo a May para sucederla como primer ministro, redobló ayer sus ataques al calificar el plan de Chequers de "chiflado" y "totalmente grotesco".
Por esa razón, no se espera que la primera ministra británica modifique su propuesta durante el congreso para no debilitar su posición ante el ala dura, estimó Robin Pettitt, profesor de la Universidad Kingston de Londres.