A unos años de cumplir cinco décadas de carrera artística, el actor chileno Alfredo Castro asume un nuevo reto en su vida profesional: debuta como director de un largometraje.
Su rostro es conocido por proyectos como “Tony Manero” (2008), “El Club” (2015) o “Desde allá” (2015), pero ahora, su trabajo será fundamental detrás de cámaras, debido a que su objetivo es expandir más sus horizontes laborales.
Hace unos años se encontró con el libro “Los trabajadores de la muerte”, de Diamela Eltit. Conquistado por esa historia, Castro apostó por desarrollarla para la pantalla grande, por lo que escribió el guion y actualmente se encuentra en proceso de financiamiento para levantar el filme.
“Estamos buscando levantar fondos para ver cómo se financia esta película, la escritura es de una autora que ganó un Premio Nacional Chileno de Literatura, una escritora muy radical, feminista, con una historia de escritura y trabajo también político muy interesante”, afirmó Castro en entrevista con El Sol de México.
“Esa novela me apasiona mucho porque es una historia de amor entre dos hermanos, entre la crónica roja, el documental, esa frontera entre documental y ficción me apasiona profundamente”, agregó.
La película seguirá la vida de “Patricio”, un delincuente que se mantiene de estafas, disfruta del alcohol y vive en fiestas. Cansada de ese comportamiento, su madre lo manda de viaje al sur de Chile, en donde conocerá a “Mónica”, una joven que tiene sus propios secretos.
La historia se desarrolla en Chile, en el año de 1984, en medio de la dictadura de Augusto Pinochet, cuando la pobreza creció de manera exponencial.
Estrenos en puerta
En su faceta como actor, Castro protagoniza “Aquí hay dragones”, cinta bajo la dirección de Iria Gómez Concheiro, en la que también participan Mercedes Hernández, José Antonio Toledano, Hernán Mendoza y Marcelo Tobar.
“Es una distopía del 2056 en la que el mundo ha terminado, se muestran muchas sequías, no hay nada de agua y hay un ejército que está desapareciendo gente joven.
“Siento que es muy política esta película, que conectará entre Chile y México porque una de las cosas que compartimos entre las dos naciones es, lamentablemente, el tema de los desaparecidos. Nosotros por la dictadura y ustedes de lo que ha pasado últimamente con el crimen organizado, entonces la película roza esas temáticas desde un punto de vista muy político y estéticamente es impactante”, aseguró.
Algo que le pareció curioso del rodaje fue que, aunque la historia está situada a más de 30 años de la actualidad, no fue nada difícil adaptarlo, sobre todo por el deterioro ambiental que refleja.
“Es una película coproducción mexicana y es muy interesante porque filmamos en Milpa Alta que es un lugar que ahora está seco, un lugar que era de mucha vegetación, mucho cultivo, ahora está completamente seco, era como estar realmente en el 2056.
“La historia aborda temas de género, el poder, el machismo, la persecución, la violencia y también cómo la juventud renace, cómo es capaz de renacer de este mundo turbio y darse cuenta que hay un futuro”, dijo.
Además de Milpa Alta, en la Ciudad de México, San Luis Potosí y Guadalajara fueron escenarios que complementaron el rodaje.
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Finalmente, el actor galardonado en festivales internacionales y en los Premios Platino, mostró su rechazo hacia la Inteligencia Artificial y su uso en diferentes producciones cinematográficas actuales.
“Me niego absolutamente a utilizarla, todavía no. Yo creo en la humanidad, creo en lo vivo, en lo político, creo en las emociones, en un ser vivo, no creo en la ficción de ese tipo de interés”, enfatizó.
Hace unas semanas, Castro fue homenajeado en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.