Ser adolescente no sólo implica cambios físicos. Están los problemas amorosos, el descubrimiento de la sexualidad, los conflictos con los adultos que no entienden las dificultades y sobre todo la búsqueda de la identidad. Y si se es joven en la Ciudad de México hay que añadir otros temas como la inseguridad, la corrupción y la falta de oportunidades que se viven día con día.
Pero no todo está perdido, como lo plantea la cinta ¡Ánimo, juventud!, una comedia que busca motivar a los jóvenes para confrontar estos retos con un estado positivo. La cinta dirigida por Carlos Armella llega a salas mexicanas después de formar parte de la Selección Oficial del pasado Festival Internacional de Cine de Morelia.
La película retrata lo que significa ser adolescente en la capital del país a partir de cuatro historias aparentemente sin relación.
Dulce es una jovencita ruda y violenta que por dentro es indefensa y vulnerable en la búsqueda de su identidad. Martín descubre el sabor agridulce del amor al caer ante los encantos de una chica que parece inalcanzable. Daniel es un adolescente que a su corta edad está a punto de ser papá. Y Pedro habla un lenguaje propio que los adultos no entienden… y que tampoco tienen el interés de conocer.
"La película ayuda mucho a representar las situaciones que vivimos los jóvenes, desde que no nos escuchan hasta la irresponsabilidad de tener un chavito a temprana edad", dice Mario Palmerín, quien en el Festival de Morelia obtuvo una Mención Especial por su trabajo como el joven y malhablado Daniel.
"Cada personaje tiene su manera de expresarse. Pedro con su propio lenguaje, Martín con sus grafitis que al final del día son arte urbano o Daniel que es músico. Todo eso enfrasca algunos problemas de la juventud en la sociedad".
La idea de ¡Ánimo, juventud! surgió cuando Carlos Armella encontró sobre una pared un grafiti con una declaración de amor aparentemente anónima. El realizador se cuestionó el origen de aquella imagen y relató lo que su mente le dictó a través del personaje de Martín (Rodrigo Cortés), un chavito inseguro que logra expresarse a través de estas pintas.
“Más que tratarse de un coming of age, este género de cine adolescente que habla sobre el paso a la madurez, traté de manejarlo como lo contrario, pues los personajes atraviesan estas difíciles circunstancias, pero luego de hacerlo conservan su espíritu adolescente. Y de cierta manera la película va dirigida a todo aquel que haya sido adolescente”, dice el director.
Si bien las cuatro historias son ficcionadas, la relación con la realidad es muy cercana. Daniela Arce, que interpreta a la rebelde Dulce, encuentra varias semejanzas entre los protagonistas de la historia y sus amigos adolescentes en la vida real.
"Dulce cristaliza su personalidad en un momento donde siente dolor y eso crea una coraza de la cual ella misma se hace prisionera. Es algo que yo he vivido y me identifico con ello; lo he visto con amigos que caen en depresión durante la adolescencia y les cuesta trabajo salir de eso porque se identifican con la tristeza. Ese proceso de reconocerse es muy difícil".
La cinta también plantea el desinterés de los adultos por comprender las inquietudes de los adolescentes. Así lo vive Pedro, quien habla su propio lenguaje y es señalado por los grandes como un chavo con problemas de comunicación, aunque nadie se acerca realmente a querer escuchar lo que dice.
"Pedro enfrenta situaciones donde sus maestros, sus papás y la gente alrededor lo cuestionan. Claro que muestran interés, pero no escuchan, sino juzgan y cuestionan a partir de lo que conocen", señala Iñaki Godoy, quien interpreta a este personaje.
"Por ejemplo con el tema del lenguaje inclusive. Veo a generaciones más grandes que dicen '¿Qué onda con esas cosas? Yo no entiendo'. Pero en vez de ser juzgones hay que ser curiosos e intentar escuchar y entender", señala el actor de 18 años.
¡Ánimo, juventud! representa las diversas complejidades de la juventud, "de lo que cabe en ese tiempo y lo que apenas vas construyendo", dice Rodrigo Cortés, que realiza el papel del tímido y romántico Martín.
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Y aunque cada personaje tiene un problema en particular, los cuatro son una síntesis de lo que significa ser joven. "Pedro trata de mostrar que es diferente a las demás personas. Daniela es un poco agresiva porque nadie le presta atención y Martín se enamora de una persona que no sabe si le llegue a gustar. Cada uno de los papeles me identifica mucho con lo que soy ahora que tengo 20 años".
Antes de su llegada a salas mexicanas, ¡Ánimo, juventud! tuvo un estreno previo en Estados Unidos a través del canal HBO que adquirió los derechos para su distribución ahí. En México la cinta ya se puede ver en salas de cine.