Guillermo del Toro vivió algo que nunca antes había experimentado: decir su primer ¡Goya!, esas porra universitaria que identifica a cada uno de los que han formado parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Fue tras recibir el doctorado honoris causa por su contribución y apoyo a la cinematografía, que el director mexicano dijo con mucho orgullo su primer ¡Goya!.
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"Sí es el primer Goya que hago en uni vida y los he oído pero es la primera vez que me aviento uno.
Nunca me había puesto capita ni gorro, y la verdad es que mi temor era que no me quedaran, pero me quedaron bien, por eso no desayuné ahora. Dije: 'para que cierre la capa'", dijo el cineasta.
Además, Del Toro destacó la emoción que sintió al recibir este reconocimiento por parte de la UNAM, a quien calificó como una parte importante de nuestra cultura.
"Es una sensación muy bonita recibir el honor causa de la Universidad, que es, y siempre hija sido, una parte integral del alma de la cultura mexicana".
Guillermo del Toro y su mensaje para los jóvenes
La ceremonia tuvo lugar en el Palacio de Minería de la UNAM, pero Del Toro no pudo estar presente, por lo que mandó un mensaje en video para agradecer a la institución.
El director de La Forma del Agua también aprovechó para dirigirse a las nuevas generaciones, que buscan recorrer el mismo camino que ganador del Oscar ha recorrido al estudiar cine.
"Eso es lo que quiero decirle a la gente que viene, a los jóvenes que pueden por azar estar viendo esto: ese camino es abierto, es legítimo y ese camino que fue mío, se los otorgo a ustedes", concluyó.
¿De dónde el viene el ¡GOYA!?
Se dice que el Goya fue obra y gracia de un estudiante de nombre Luis Rodríguez, mejor conocido como "Palillo", quien en los años 40 llegó a la preparatoria y que con el tiempo se convirtió en el más dinámico porrista.
Palillo tenía grandes dotes de líder y se las ingeniaba para negociar con los encargados de los cines aledaños a la Preparatoria para que permitieran entrar a los estudiantes sin pagar boleto.
Los cines en cuestión eran el Río, el Venus y el más cercano a la Preparatoria, el Goya, el cual se encontraba en la calle Del Carmen, casi frente a la Hemeroteca Nacional.
Cuando se buscaba matar el día o irse de pinta, los estudiantes gritaban: ¡GOYA!, ¡GOYA!
Con el tiempo se agregaron las palabras ¡CACHUN!, ¡CACHUN! ¡RA, RA!, que al decir de los conocedores de la época, hacían alusión a cuando una chica accedía a acompañarlos al cine. Y es que en ese entonces, la palabra 'cachún' equivalía a 'cachondear'.
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Pero la consagración de dicho grito fue cuando el futbol americano lo tomó como propio. El Goya motivaba a dejar sobre el emparrillado la vida misma, si fuera necesario, para lograr la victoria para la Universidad.
Con información de la Fundación UNAM