A través del cine, Carlos Eichelmann Kaiser sanó heridas del pasado. Comenzó con la idea de retratar la relación que mantuvo con su padre, los retos y obstáculos que enfrentaron, sin embargo, el rumbo de su ópera prima “Zapatos rojos” se modificó debido a las problemáticas sociales.
La cinta narra la historia de padre que es agricultor y recibe la noticia de la muerte de su hija, por lo que debe de viajar a la ciudad de México para reclamar el cuerpo. Aunque se mantiene el tema de la relación entre padres e hijos, se cambió un poco la historia, exhibiendo uno de los problemas más urgentes del país: la desaparición y muerte de mujeres.
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“El impulso principal de esta película era hablar de la relación que tenía con mi papá, luego la película fue tomando sus propias decisiones desde el guion y transmutó a lo que es ahora, la relación paternal sigue ahí, pero hubo temas que se volvieron más importantes como la violencia”, afirmó Eichelmann en entrevista.
“Esa parte surgió a la mitad, mientras escribíamos el guion tuvimos unos desafortunados eventos con gente muy cercana y me pareció que teníamos cierta responsabilidad de hablar del tema por eso se orientó la película desde ese punto”, agregó.
El filme cuenta con las participaciones de Natalia Solían y Eustacio Ascacio “Tacho”, quien debutó como actor en este proyecto. El cineasta aseguró que, desde que conoció a “Tacho” supo que él debía de protagonizar el filme. No se preocupó por la experiencia que tenía, sólo se dejó llevar, sobre todo porque él le recordaba a su propio padre.
“Sí se parece mucho a mi papá no solo físicamente sino también en su manera de ser, de hablar, en el ritmo interno que tiene, ambos son muy parecidos”, dijo.
El mayor reto del proyecto fue salir adelante e ilesos de la pandemia por Covid-19, ya que su rodaje se llevó a cabo en 2020. En ese entonces el protagonista tenía 72 años de edad, por lo que estaba en el sector más vulnerable.
“Se sabía poco de la enfermedad y la gente estaba muy asustada, financieramente fue un impacto brutal para la película porque no teníamos contemplados todos los protocolos de COVID.
“Cuando se cotizó, la enfermedad no existía y dentro de esta locura ‘Tacho’ era una persona de altísimo riesgo y cuando me lo llevé de su casa su familia me puso una condición, que si me lo llevaba en una pieza, lo regresara en una pieza, eso me angustió por la gran responsabilidad que tenía”, sostuvo.
Finalmente, se logró. La película comenzó su paso por festivales, viajó a Málaga, San Diego, Venecia, Morelia y concluyó su paso por los Premios Ariel, en donde fue nominada a cinco galardones, de los cuales sólo consiguió el de Mejor Música Original.
“Todo este proceso ha sido muy mágico, cuando empezamos a escribir la película, cuando empezó a tomar forma, cuando financieramente se convirtió en una realidad, conocer a ‘Tacho’ y a Natalia, ensamblar el equipo, filmar en San Luis Potosí (de donde es originario el cineasta), fue muy poderoso.
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“Estrenar en Venecia le cambió la vida a la película, a partir de ahí le llegaron miles de invitaciones a festivales, tuvo un recorrido maravilloso por el mundo, fue una experiencia muy linda aunque debo decir que me alivia mucho que llegue ya el estreno a salas de cine porque necesito soltar esta película y enfocarme en lo que sigue”, dijo sobre “Zapatos rojos” que ya se estrenó se estrenará en cines.
Entre sus siguientes proyectos, Eichelmann desarrollará una trilogía donde se exploren las relaciones humanas. Ya comenzó con la interacción entre padre e hijo, le seguirán madre e hijo y finalizará con la convivencia entre los hermanos, adelantó.