MADRID, España.- Con versatilidad, cercanía y la fuerza de las voces amigas de Pablo López, Manuel Carrasco, Bebe y Rosalía, Juanes se hizo fuerte ante un aforo de cuatro mil personas para el que aún han quedado entradas a la venta.
Se trata de un dato sorprendente por la hasta ahora gran pegada en España del solista con más Grammys latinos (23, tres más que Alejandro Sanz), por su participación como coach en el mediático programa La voz que tantas alegrías ha deparado a sus compañeros, de que se tratara de una actuación única en España y de que hacía dos años de su último concierto en Madrid, en el Teatro Real.
Desde 2011 no pisaba el WiZink Center (antiguo Palacio de Deportes), cuando con una gran banda, pantallón y en compañía de Miguel Bosé, Dani Martín y Melendi presentó ante 10 mil personas su disco P.A.R.C.E., del que hoy no ha sonado ni un tema, al igual que de “Fíjate bien” (2000), su debut en solitario.
En su lugar ha sido su último álbum de estudio, Mis planes son amarte (2017), el que ha ejercido de espina dorsal a la hora y 45 minutos de música, además de Un día normal (2002), que lo convirtió en estrella de la música latina más allá de Colombia, y Mi sangre (2004), que llevó “La camisa negra” al número 1 de muchos países europeos cantando en español.
Gracias a ellos, el público huérfano en años recientes de un “hit” internacional se ha visto suficientemente saciado con los clásicos antiguos desde el mismo inicio del espectáculo, 20 minutos más tarde de lo previsto, cuando ha sonado “A Dios le pido”, al que han seguido las nuevas “Fuego” y “Hermosa ingrata”.
“¡Qué alegría tan grande estar con ustedes!”, ha gritado el músico a su audiencia, entre la que había muchos compatriotas. “¿Cuántos paisas hay esta noche en la casa?”, ha preguntado después entre un bullicio de asentimiento que refrendaba esta impresión.
Bajo la pauta del sabio racionamiento de éxitos y nuevos temas se ha desarrollado el concierto, con una energía que ha ido de menos a más pese a estar armado con modestia en lo musical (la banda mínima de guitarra, bajo, batería y teclado) y en la escenografía, con un escenario muy desnudo y una pantalla horizontal cuyos visuales aprovechaban la película que lanzó con Mis planes son amarte.
Las cuerdas eléctricas, que recuerdan los inicios metaleros de Juanes, se han hecho muy presentes en “Nada valgo sin tu amor”, mientras ha apostado por un tono más melancólico al interpretar “Fotografía” o “Es por ti”, esta algo falta de gas.
Además experimento en el que con el hip hop de Kali Uchis, ausente esta noche, pero no Bebe, quien ha dado color a la lúdica “Es tarde”.
El colombiano se explayó con dúos como el del “Volver” de Carlos Gardel junto a la nueva promesa del flamenco, Rosalía, fraguando uno de los irrepetibles momentos de la velada.