Santa María Tlahuitoltepec, la cabecera del municipio que lleva el mismo nombre en el estado de Oaxaca, es famosa por su amplia cultura musical, en la que muchos de sus habitantes aprenden a tocar música desde pequeños.
En esa misma comunidad, donde además tiene su sede el Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe (Cecam), surgió hace casi tres años un poderoso ensamble de jóvenes que ha llamado la atención por la forma en que fusiona la tradición musical Mixe con influencias del funk, el balkan y el sunn, entre otros estilos musicales.
Se llaman Los Pream, y sus integrantes, que no tienen nada de novatos, se han forjado en asociaciones musicales como Los Rurales, Pasatono-Orquesta Mexicana, Cinema Domingo, Ensamble Kafka, Banda Municipal de Santa María Tlahuitoltepec y el propio Cecam.
Una de las primeras cosas que nos llaman la atención cuando nos conectamos en videoconferencia con la mitad del grupo, es las tablas con las que cuentan, las cuales les permiten darse ciertos lujos, como puede ser tocar prácticamente cualquier estilo musical o realizar sus presentaciones sin la necesidad de hacer demasiados ensayos:
“Al principio casi ni ensayábamos, era puro jam, porque cada quien estaba en sus proyectos, uno en Xalapa, otro en Oaxaca y los demás en Tlahui. Cuando había chance de encontrarnos, más o menos veíamos cómo iría cada cosa y nos poníamos a tocar; eso es posible porque los integrantes son músicos que tiene un nivel y bastante experiencia, algo que es más común en el mundo del jazz”.
Cuentan que desde sus inicios, el trabajo musical resultó tan fluido, que incluso cuando los empezaron a llevar a tocar a otros lugares sí ensayaban, aunque muy brevemente.
“Hasta la fecha, el mayor tiempo que hemos pasado juntos para ensayar han sido como tres días… y eso para grabar un disco”, dicen orgullosos.
Apoyados en la confianza que dan el talento y la experiencia previa, al sexteto integrado por Vladimir Medina, Jonás Uriel, Andrés Vargas, Mario Cardoso, Óscar Martínez y Facundo Vargas le llama la atención que la gente se sorprenda de sus habilidades, sólo por su lugar de origen:
“Está esa idea de que los pueblos tienen una especie de bandera de atraso, entonces cuando ven un proyecto que toca música profesional y bien hecha, pues sí les sorprende y nos dicen: ‘Oye son de un pueblo, no puedo creer cómo tocan’… Como que nos perciben distinto”.
Por el contrario, para ellos la búsqueda y la incorporación de influencias son de lo más natural. Aseguran que dentro de las bandas tradicionales, es normal que aunque tienen una tradición muy firme, también hay siempre disposición a adoptar y adaptar otros géneros:
“Volverte son o cumbia, por ejemplo… Aprender música sólo escuchando, sin leer, porque los músicos del pueblo salen, van a la ciudad a estudiar, y en realidad ya van formados como músicos, ya tienen mucha experiencia, y no es difícil entender otros estilos u otras maneras. En todos lados hay muy buenos músicos, eso es indudable, pero particularmente en Oaxaca sí hay esa apertura para practicar otros géneros, no nos cerramos… El hecho de tener una tradición tan firme y con raíces tan profundas, te habilita para abordar otras cosas sin problema”.
Y es esa fusión, tan rica y energética que en su caso ensamblan con teclado, trompetas, tuba, trombón, guitarra eléctrica y bateria, la que ya ha contagiado a diversos públicos, como pueden ser el del Festival de Jazz de Mazunte, el de Filuni de la UNAM o el del público que sigue a Diego El Cigala, a quien le abrieron con mucho éxito una presentación en Oaxaca.
LOS ORÍGENES
Los Pream, como muchos de sus colegas músicos, comenzaron tocando versiones de otros artistas; en su caso, lo que hacían era montar standars de jazz, y fue en ese periodo que comenzaron a componer sus propios tracks:
“Sólo nos mandábamos las listas, cada quien ensayaba su parte y llegábamos a ensamblar… Estuvimos tocando un rato eso, y en ese transcurso salieron unas rolas de Andrés, de Vladimir, de Mario… Actualmente ya todas son rolas propias”.
Al principio, los integrantes de la banda sólo podían verse durante las vacaciones, hasta que a finales de 2017 decidieron darle forma a la agrupación.
“Siempre quisimos armar algo de música un poco distinta, desde hace 10 o 15 años, que nos juntamos para tocar primero algo de rocksteady, luego funk o jazz, porque en la sierra no hay proyectos que hagan eso; por lo general alguien que se profesionaliza se va hacia el lado clásico… Ahora ya hay más músicos con otras inquietudes en Tlahui, y eso fue lo que hizo posible que se armara este ensamble”.
DISCO EN PUERTA
La banda ya tiene listo su disco debut, el cual se compone de 11 temas originales, y será editado en CD y también estará disponible en formato digital.
“Quisimos grabarlo en una casa de adobe, aquí en Tlahui, porque de cierto modo esa es la identidad, la arquitectura de los pueblos… y también tiene otro tipo de acústica.
"Lo grabamos en tres o cuatro días y nos lo patrocinó un amigo arquitecto, que se llama Joao Boto Caeiro y que tiene un estudio llamado Roots.
"El disco ya está, sólo nos hemos atrasado por la portada, pero esperamos que ya pronto salga”.
AUTOSUFICIENTES
“Hasta el momento, en nuestras andadas, no nos ha sucedido que alguien no sepa tocar algo o que no podamos resolverlo en el momento. Si uno no le sabe, otro sí, entonces siempre hay alguien que tiene una idea de cómo va tal música y lo resolvemos… Tenemos un amigo que siempre nos invita a tocar a su restaurante y cada que vamos hacemos primero nuestro set, pero hay un punto en el que se rompe todo y tocamos desde chilenas, hasta música de banda o cumbias y es ahí donde sale todo lo que tenemos, porque cantamos, tocamos de todo… nos transformamos totalmente. Nos podemos mover hacia donde sea; inventamos una rola en el momento o si el baterista no se sabe una rola le pasamos el micro y canta, es divertido lograr esas cosas y es muy complicado encontrar un proyecto para hacer todo eso”, explican los músicos.
La gente que escucha a la banda, generalmente los recibe con agrado, incluso si no entienden totalmente un concepto como este. Los integrantes de Los Pream recuerdan, no sin sentido del humor, la vez que alguien subió a Facebook un video del grupo tocando, en el que una persona comentó: “Si teniendo esos instrumentos viejitos suenan así, ¡imagínense cómo sonarían con instrumentos nuevos!”.
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