Era una mujer bellísima. Christian Bach llegó a México a finales de los años 70, capturando de inmediato la atención de propios y extraños. Pronto conquistó al público mexicano a través de las telenovelas y su proyección alcanzó a la América Latina entera gracias al encanto, su hermosura y su indiscutible talento en los escenarios. Así, su crecimiento artístico alcanzó el cine, teatro, televisión y modelaje; además, destacó como productora con la compañía Zuba que formó con su marido y padre de sus dos hijos, el actor Humberto Zurita.
El medio artístico la llora. Christian Bach dejó de existir el pasado 26 de febrero a causa de un paro respiratorio, pero su familia, atendiendo deseos de intimidad, decidió publicar la fatal noticia días más tarde por medio de un comunicado en el que se enaltece el papel de esposa y madre ejemplar de la actriz, quien padecía una enfermedad degenerativa desde hace algunos años.
Christian Bach cumpliría el próximo 9 de mayo 60 años de edad y su muerte sume en un profundo dolor a todos aquellos que tuvieron la fortuna de disfrutar su paso por esta vida. Sin embargo, su legado ahí queda impreso en sus telenovelas que protagonizó como Bodas de odio y La chacala, así como en Gavilán o paloma y La venganza del lobo negro, entre otros filmes.
En la primera de las cintas mencionadas (1985), sobre la vida del cantante José José, interpretó el rol de Anel Noreña. También la recordaremos por su excelente trabajo en la obra teatral El beso de la mujer araña, primera edición en México en los años 80.
¿QUIÉN ERA?
Adela Christian Bach Bottino, su nombre de pila, nació en Buenos Aires, Argentina, el 9 de mayo de 1959, siendo hija única de Roberto Bach y Adela Bottino, de quien heredó la vena artística, pues era una afamada bailarina de ballet; de modo que la futura actriz estudió en el célebre Teatro Colón de la capital argentina, así como actuación al tiempo que cursaba la carrera de Leyes, graduándose como abogada.
Luego de iniciarse en la televisión de su país con la telenovela El amor tiene cara de mujer, el escritor Abel Santa Cruz la presentó con el productor Valentín Pimstein, quien la trajo a México para incorporarla a Televisa, empresa que le extendió un contrato por tres años. Al inicio fueron pequeños papeles. Verónica fue su primera telenovela mexicana, al lado de Julissa y Ricardo Blume; en seguida vinieron títulos como Los ricos también lloran, alternando créditos con Verónica Castro y Rogelio Guerra.
La bella rubia de ojos esmeralda rápidamente se convirtió en la favorita de la prensa mexicana que buscaba a toda costa brindar a los lectores la imagen fresca de una joven actriz hambrienta de triunfo. El Sol de México logró en exclusiva el primer reportaje de Christian Bach dejándose admirar en un bikini azul cielo. Era realmente una mujer espectacular.
Pero, se hacía odiar. El estereotipo de la villana le vino como anillo al dedo, pues consideraba que los personajes de villana atrapaban más la atención del televidente, que las sufridas y abnegadas heroínas de folletín color de rosa.
Es larga la lista de sus trabajos en televisión. Otro de los productores mexicanos que impulsaron su carrera fue Ernesto Alonso, aunque en general, Christian Bach recibió el respaldo de la comunidad artística de nuestro país, y el cariño y admiración del público.
LA BODA
Y como si se tratara de alguna telenovela, Christian Bach y Humberto Zurita se conocieron, trabajaron juntos, se enamoraron, y contrajeron matrimonio el 3 de febrero de 1986, procreando dos hijos: Sebastián y Emiliano. Ambos actuaban en la obra Atrapados, cuando los flechó cupido.
Establecidos sólidamente como pareja, Zurita y Bach deciden abandonar Televisa en 1998 y se van con TV Azteca, creando su propia compañía, Zuba Producciones, que los mantiene activos de una manera exitosa produciendo, además de La chacala y Azul tequila.
LA ENFERMEDAD
La actriz y abogada sufría cierto problema en una vértebra que, en palabras de Zurita, “le mordía un nervio”, pero contó a una revista que su esposa rehusaba someterse a una intervención quirúrgica y prefería atenderse con tratamiento. Desmintió síntomas de gravedad y hasta comentó que había importantes proyectos de trabajo. Sin embargo, se especuló que padecía una enfermedad incurable y degenerativa.
“Hoy, le decimos hasta pronto con un gran dolor en nuestros corazones. Hoy, tenemos que seguir sus pasos y seguir adelante sin ella, sin su presencia física, convencidos de que en ningún momento de nuestras vidas dejaremos de amarla y tenerla en nuestra mente”, se lee en el comunicado que enviaron Humberto y sus hijos.
TELENOVELAS DESTACADAS