Aunque la popularidad de Rob Lowe comenzó en el cine con películas como The outsiders o El primer año del resto de nuestras vidas, es la televisión la que mayores satisfacciones le ha dado a su trayectoria. Desde que participó en The west wing, serie por la que se llevó dos premios del Sindicato de Actores y fue nominado dos veces al Globo de Oro y una al Emmy, el histrión no ha dejado la pantalla chica por un sólo momento y cada año ha ido renovando su carrera.
“He tenido un programa de televisión por cable al aire todos los años desde 1999. Es una buena racha que pensé terminaría el año pasado, pero luego surgió un nuevo proyecto. Me encanta trabajar en televisión y lo he estado haciendo desde hace dos décadas sin descanso, así que estoy listo para seguir, siempre y cuando sea con las personas que amo y respeto”, comenta el actor.
Pero este año resulta diferente para Rob Lowe, pues ahora se desempeña como protagonista de la serie 9-1-1: Lone star, serie que estrena hoy a las 22:00 horas por Fox Channel. Se trata de un proyecto realizado por Ryan Murphy, creador de éxitos como American crime story, Pose y American horror story, en la que el actor da vida a Owen Strand, un bombero sobreviviente al ataque del 11 de septiembre que se muda a Austin, Texas, para ayudar a los miembros de esta estación a superar una tragedia similar a la que él vivió hace casi 20 años.
“Me uní al programa incluso antes de que el guion estuviera listo. Ryan Murphy y yo hemos tratado de encontrar algo en lo que podamos trabajar juntos durante 20 años y nunca he estado disponible cuando ha tenido algo”, explica el actor, quien además de protagonizar la serie participa como uno de los productores ejecutivos del show.
9-1-1: Lone star es un spin off de la serie 9-1-1 también creada por Murphy y que en Latinoamérica recientemente estrenó su tercera temporada. “(Esta nueva serie) ha estado a la altura de todo lo que pensaba que sería, es ruidosa, escandalosa; es audaz pero está basada en la realidad. Ofrece todo lo que amas del 9-1-1 original pero es un programa totalmente diferente”.
Además de las escenas de acción y los conflictos emocionales que viven los personajes, 9-1-1: Lone star también se arriesga a explorar otros temas más delicados. Al ubicarse en Texas, uno de los estados más conservadores de Estados Unidos, la producción pone en debate temas coyunturales como el clasismo, el racismo, la misoginia o la homofobia.
“Elegimos Austin en particular porque es un microcosmos extraño: es Texas, pero tampoco lo es. Queríamos una razón para hacer un spin off, no sólo recrear el éxito del programa original. Y la razón para este show fue tener conversaciones sobre la vida de un estado rojo (republicano) y uno azul (demócrata). Poner a un bombero del estado azul como Nueva York (liberal) en un estado rojo (conservador) y lidiar con las percepciones erróneas de la gente de manera que muestre a todos como seres humanos reales y no como caricaturas”, explica.