En su búsqueda por conocer el trabajo artístico femenino en el pasado, Céline Sciamma se dio cuenta que no existen suficientes evidencias de las obras pictóricas que las mujeres realizaron durante el siglo XVIII, por eso la cineasta francesa ubicó su filme Retrato de una mujer en llamas en el año 1770, como una forma de dignificar a esas artistas que durante siglos quedaron en el anonimato.
“Durante el largo proceso de investigación sobre la época descubrí que hubo cientos de mujeres pintoras que trabajaban realizando retratos en esta época, pero no existe mucha evidencia de ello. Las mujeres han sido excluidas en la historia del arte desde hace tiempo y por eso me pareció importante mostrar esta etapa donde además los retratos tenían un fuerte significado”, explica la guionista vía telefónica en exclusiva para El Sol de México.
Para la cineasta, presentar una historia que enaltezca el trabajo de las artistas femeninas resulta particularmente relevante en estos días, pues aunque la industria ha abierto espacio para los trabajos realizados por mujeres, aún queda un largo camino por andar para que esto se haga efectivo en todo el mundo.
“La realidad es que aún es difícil encontrar un espacio para expresarte libremente a través del arte siendo mujer. Afortunadamente yo vivo en un país donde existen muchas mujeres cineastas, soy privilegiada en ese sentido, pero han sido años de trabajo constante para lograrlo y cuando las jóvenes cineastas se me acercan para pedirme un consejo sólo puedo decirles que lo importante es trabajar y trabajar para dignificar su trabajo”, señala.
Retrato de una mujer en llamas, que fue galardonada como Mejor Guion y la Palma Queer en el Festival de Cannes realizado en 2019, explora la historia de Marianne (Noémie Merlant), una pintora a quien se le asigna la tarea de retratar a Héloïse, una joven rebelde próxima a contraer matrimonio y de quien se termina enamorando durante su proceso artístico.
“Quería escribir una historia de amor dentro de una película con una mirada femenina, pero que también hablara sobre la colaboración y la admiración auténtica entre el trabajo de dos mujeres y artistas”, comenta la cineasta, quien ya había explorado el amor lésbico en su ópera prima Water Lilies, donde también trabajó con la actriz francesa Adèle Haenel, quien en este filme es Héloïse.
Para Céline Sciamma, Retrato de una mujer en llamas es también una oportunidad de representar el lesbianismo en el cine, “porque casi no existe”. Ello lo hace a través del erotismo entre dos mujeres que abren su sexualidad al mismo tiempo que pasan su proceso de enamoramiento.
“En realidad es una película sobre el amor, sobre dos personas manteniendo un secreto en un momento importantísimo de su vida en medio de una época como esta. Y en parte es un retrato en pantalla sobre el imaginario lésbico del amor a través del corazón; estamos hablando de amor, de las diferentes formas que existen y a su vez realizando una metáfora sobre la esperanza y un momento decisivo en sus futuros”, señala la directora abiertamente homosexual.
Retrato de una mujer en llamas ya se encuentra en cartelera en la Ciudad de México y los cines abiertos en los estados de la república. El filme fue nominado al Globo de Oro como Mejor Película Extranjera y cuenta con las actuaciones adicionales de Luàna Bajrami y Valeria Golino.