La experiencia que vivió la actriz María Scheneider en el set de filmación de “El último tango en París” fue el detonante que llevó al director Jorge Cuchí a escribir el guion de “Un actor malo”, su segundo largometraje, en el que explora el abuso y la agresión que se vive en la industria del entretenimiento.
Todo surgió tras escuchar una entrevista en la que Schneider relató que fue violada durante una escena de la cinta que dirigió Bernardo Bertolucci, en la que participó el actor Marlon Brando.
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“Ella declaró que, cuando hicieron la escena de la mantequilla, ella se sintió violada, eso me llamó la atención, la manera en cómo lo decía y luego entendí de dónde venía lo que ella dice que es como una violación, lo cual fue un abuso sexual porque hubo un tocamiento indebido por parte de Marlon cuando le untó la mantequilla en sus partes íntimas y no le pidieron su consentimiento”, afirmó Cuchí en entrevista.
“Luego vi una entrevista del director sobre el evento y él decía que si bien se sentía medio mal por lo que le habían hecho a esta niña (de 19 años en ese entonces), lo que sucedió fue que el actor y él se pusieron de acuerdo para no decirle, porque querían que ella no actuara la indignación y la rabia como una actriz, sino como una persona real. Si este señor diera esa entrevista ahorita, estaría ya en la cárcel porque es una confesión de un crimen”, agregó el cineasta.
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Fue entonces cuando imaginó un escenario actual, en donde una actriz expresara su inconformidad en el momento, incluso se mantuviera firme a denunciar a quien la violó durante la realización de una escena. Sin embargo, lograr un equilibrio en el tema, sin que se tergiversara fue el principal reto.
“Un actor malo” cuenta la historia de “Sandra Navarro”, una joven actriz que mantiene una buena comunicación con su compañero actor “Daniel Zavala”. Sin embargo, durante la filmación de una escena, Daniel agrede a Sandra y ella no se queda callada.
“Todo el tiempo estuve pensando en tener una balanza, cada que tenía un argumento mostraba un contra-argumento para que fuera un choque de opiniones, de maneras de abordar el tema.
“Tengo a la víctima y tengo a dos personajes mujeres, que eso es muy real, algo que veo es que ellas son muy solidarias y en el momento en el que pasa algo, le creen enseguida a la chava y la abrazan y, al mismo tiempo, tengo personajes que vienen del mundo de la ley formal (abogados) que hacen su chamba y tratan de escuchar lo que dicen los implicados, pero también tenemos a un personaje que es el de ‘Daniel’ que dice que esta mujer está mintiendo”, sostuvo el guionista.
A lo largo de la historia se desmenuza lo sucedido, se muestran las perspectivas de cada uno de los involucrados, sus reacciones, así como los protocolos que se siguen dentro del rodaje para mantener todo “controlado”. Pero la trama da un giro cuando la tecnología se hace presente; esto podrá ser motivo para que el espectador ponga en una balanza las dos situaciones presentadas o se incline por alguna.
“Tú decides si le restas o no importancia a cada situación, cuando escribo algo lo escribo como si fuera un espectador, a mí me gusta que me reten y en mi experiencia emocional, cuando estaba escribiéndola, sí quería que tuvieras ese riesgo para que uno como espectador tome su propia decisión.
“En mí no restó (importancia) porque sé que son dos cosas distintas y puedo pensar dos cosas malas de los dos eventos o una positiva y una mala, pero eso es una decisión de cada quien”, enfatizó el director.
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El largometraje es protagonizado por Fiona Palomo y Alfonso Dosal, con las actuaciones complementarias de Gerardo Trejoluna, Juan Pablo Santiago, Ana Karina Guevara, Karla Coronado, Patricia Soto, Mónica Jiménez, entre otros.
“Un actor malo” se estrenará el 4 de abril en más de 800 salas de cine comercial.