Dora la exploradora debutó en la televisión en el año 2000. Las aventuras de una niña acompañada de su mono, Botas, se popularizó rápidamente por ser una caricatura que permitía a los espectadores aprender sobre la naturaleza, geografía, el cuidado a los animales, pero sobre todo por proponer el aprendizaje combinando el idioma inglés con el español.
Ahora esa historia es trasladada al cine con Dora y la ciudad perdida, película en live-action protagonizada por Isabela Moner y Eugenio Derbez que estrena este viernes en México y que da un giro al personaje presentándolo como una joven heroína. Filmada en Australia y Perú, la cinta además de llegar al público de todas las edades en una historia de aventuras y una oportunidad para resaltar el orgullo latino.
“El mensaje que tiene esta película es el de ser tú mismo y también de sentir orgullo de ser latino. Puedes hablar inglés y español y es normal y eso es maravilloso, porque es una mezcla de culturas que también representa a Latinoamérica sin mostrar estereotipos”, explica la actriz de 18 años, quien interpreta a una Dora intrépida y optimista.
Dora y la ciudad perdida sucede cuando ella llega a la ciudad para estudiar en una escuela donde resulta ser “la rara” del grupo. Sin embargo, cuando sus padres, encarnados por Eva Longoria y Michael Peña, desaparecen misteriosamente, Dora regresa a la jungla para adentrarse en una aventura y tratar de rescatarlos.
Para Eugenio Derbez representar dignamente a la comunidad latina era uno de los objetivos que pretendía hacer en Dora y la ciudad perdida, por ello es que decidió adentrarse a trabajar como productor ejecutivo de esta película. “Tenía que desarrollar mis propios proyectos donde pudiera yo hacer un latino que no fuera el criminal, narcotraficante o jardinero. Y la única forma es produciendo tus propias películas”.
“Lo que tenemos como latinos y sobre todo como mexicanos es que trabajamos como nadie. Si te vas a cualquier restaurante en Estados Unidos los primeros en llegar son ellos y los últimos en irse son ellos”, respondió el actor, quien el año pasado fue incluido a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, encargada de entregar el premio Oscar.
El comediante aseguró que arriesgarse a producir una película como Dora y la ciudad perdida fue una experiencia compleja, “sobre todo por ser una película con tantos efectos especiales, con tanta producción. Pero también fue muy interesante, fue un aprendizaje gigantesco, empezar a producir no sólo en México sino en el extranjero”.
Derbez explicó que esta labor es una experiencia que ha tratado de desarrollar más a fondo, pues “es la única manera de hacer cosas a que uno quiere hacer, como actor siempre estás esperando a que te llegue un libreto y que te guste o no, y tienes que hacer lo que te ofrecen, pero como productor puedes generar tu propio contenido, tus propios libretos y hacer las cosas que te gustan e inspiran”.
Para ambos actores, Dora y la ciudad perdida también significó un arduo trabajo físico, pues en muchas de las escenas los personajes están corriendo o librando obstáculos. “El que sea una película de acción fue súper demandante. Físicamente creo que es la película que más me ha costado, porque nos traían para arriba y para abajo en la jungla, corríamos, brincábamos, nos entrenaban”, añadió Derbez.