Agradecido con el autor "por decir lo que nunca he podido expresar con palabras", el bailarín mexicano Isaac Hernández conversó con Pedro Alonso (Berlín, en La casa de papel) en la segunda presentación en Instagram live de su debut como escritor, Libro de Filipo.
De reciente publicación en México, la novela ilustrada por el propio Alonso, relata su regresión a otra vida, 200 años atrás, entre la autobiografía y el viaje iniciático. Un hecho real, cuya lectura evocó en el bailarín detalles de su historia familiar y de vida que compartió en la charla.
"Aunque mis padres me dejaron ir de casa a los 13 años, esa voz que dejaron ahí dentro me ha acompañado siempre", dijo Isaac acerca de la voz que su padre escuchó tras un fallido intento de suicidio a los 18 años y que él mismo escuchó después de que por una lesión que le partió la espalda le dieron un parte médico de que no podría volver a bailar. La voz de la certeza.
"En el momento más oscuro de mi adolescencia, siento cierta determinación y fuerza necesaria para sacarme adelante, nunca he podido expresar cuáles son los pasos que activan el interior de un persona y hacen que logre cosas extraordinarias y tú lo dices en tu libro".
La historia del intento de suicidio de su padre se la contaron a sus 11 hijos, a quienes también les compartieron la existencia de "la voz" que les da certeza de cuál es su misión en la vida. Isaac se llama así, relató, "porque le devolví la felicidad a la familia". Y es que su sexto hijo murió siendo un bebé; tras el deceso, les dijeron que no podrían tener más familia y llegó Isaac; y luego seis hermanos más.
"La gente no tiene conciencia de la búsqueda de propósito, por eso quería agradecerte. No acostumbran a sentirse lo suficientemente importantes para tener un lugar y una tarea por hacer".
Alonso explicó que este es un libro de iniciación, "y me planteaba qué tanto tendría sentido para los mayores, encofrados en lo que están haciendo; pero la pandemia nos vino a recordar que la vida puede cambiar en cuatro días. La vida nos está diciendo 'ténme en consideración'".
Aceptó que es un ser espiritual y hasta esotérico, pero que tras hacer el Camino de Santiago, "no por motivos religiosos, sino porque quería estar solo", se le abrió una percepción especial, gracias a que conectó consigo mismo, "lo sutil, incluso lo doméstico, te puede hacer entrar en otra dimensión". Y relató que en su recorrido por el Camino de Santiago, la mayor revelación fue sentir su presencia en el mundo, al saciar su hambre con un bocadillo de chorizo de pan fresco de pueblo.
"Muchos conceptos universales nos los han robado, se han hecho dueños de ellos gente que los ha desvirtuado y machacado. Habrá que quitar esa costra de información aprendida desde el miedo el mundo ahora cruje, colapsa, con la pandemia es legítimo que muchos se sientan alarmados, pero seguramente la solución no es encontrar 'las 550 cosas que uno tiene que hacer', sino levantar todo eso y quedarse con lo que importa".
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