De las cientos de historias que la directora rumana Teodora Ana Mihai conoció durante su investigación sobre la violencia en México, le impactó mucho cómo la incertidumbre envuelve a las familias con hijos desaparecidos. Desconocer el paradero de un ser querido, no saber dónde y cómo buscar y estar a merced de la indiferencia de las autoridades es una suerte de muerte lenta.
Por ello tras dos años de conocer de viva voz estas historias decidió contar, con la libertad que la ficción del cine le permite, cómo es el andar de las madres durante la búsqueda de sus hijos: qué sienten, qué piensan, cuáles son sus miedos, sus esperanzas, sus frustraciones. Así construyó su primer largometraje de ficción La civil, que se estrena este 19 de mayo en 200 salas de cine del país, tras presentarse en el Festival de Cannes, donde ganó el premio Courage de la Sección Una cierta mirada.
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Cielo, la protagonista de la película, es la voz coral de las miles de madres mexicanas que emprenden solas la búsqueda de sus desaparecidos. Es un caleidoscopio que evidencia la transformación de estas mujeres: pasan de ser amas de casas a guerrilleras con la única intención de encontrar, con vida, a sus hijos. Y en el filme esta madre toma cuerpo en la actuación de Arcelia Ramírez.
“Es trágico que necesitemos una crisis existencial tan fuerte como la desaparición de un hijo para lograr encontrar y sacar esa fortaleza que tenemos dentro. La tragedia metafórica de Cielo es que está en una situación donde la violencia la obliga a pasar sus límites morales, éticos, emocionales, y no hay paso atrás; está en el otro lado donde nunca quiso estar, pero no la podemos juzgar y entendemos que se está perdiendo a sí misma”, describió Mihai en entrevista con El Sol de México.
Cielo es una madre que ha perdido a su hija adolescente Laura, secuestrada por el crimen organizado de un pequeño poblado del norte de México. Atrapada en la indiferencia de las autoridades, la mujer vive la transformación de ama de casa a una guerrillera que entra en las profundidades del crimen para encontrar a su hija, lo que nunca sucede.
“Es un personaje lleno de humanidad, complejo, con distintas temperaturas, colores, emociones y fue lo que me sedujo, me atrajo, me responsabilizó y me desafió. Fue importante entender sus miedos, sus temores, sus esperanzas porque es un personaje que no sale de escena en ningún momento y eso lo hace más complicado porque además tiene dos dimensiones, la mujer que toma la justicia por su propia mano y la búsqueda de la verdad, pero por otro lado es la mujer que encuentra a sí misma, quién es y su inteligencia estaba dormida”, definió Arcelia Ramírez.
En esa transformación, Cielo se topa con el silencio de las autoridades, la burocracia de las instituciones, el miedo de la población, la indiferencia de hombres, la decadencia de la juventud y la intervención del ejército que, al final, poco logra. Una telaraña que tiene atrapadas a las familias de los desaparecidos.
“Hay muchas mamás como Cielo, por eso al escribir el guion queríamos que Cielo sea la mamá mexicana que lamentablemente está enfrentando esa situación tan fuerte y dolorosa y volver metafórico al personaje, porque Cielo no es una sola persona, son muchas. Cuando entendí esto quise contar las historias porque sé que tengo una plataforma que puedo utilizar de manera responsable y obligarnos a estar con ella y sentir lo que ella siente, es incertidumbre”, añadió la directora.
Para Arcelia Ramírez es uno de los personajes más exigentes en su trayectoria por la complejidad de sus emociones que van desde la vulnerabilidad de una víctima hasta el deseo de venganza por mano propia. “Todos estos círculos de violencia a los que ella accede, los recorre como en un laberinto terrible y que había que entenderlo bien para recorrerlo, todo es infierno, y aquí había dos dimensiones paralelas: el transitar humano de Cielo de una mujer abnegada que se tiene que sacudir para encontrar fuerzas y la violencia que crece”, refirió la actriz de la película distribuida por Cine Caníbal.
A decir del actor Álvaro Guerrero, quien interpreta a Gustavo, esposo de Cielo, un hombre temeroso y poco participativo, la película se distingue por una perspectiva femenina en donde evidencia otra cara del machismo: su indiferencia ante la violencia contra la mujer. “Me tocó representar la parte masculina que se queda callada sin saber qué hacer, una actitud común de los hombres. Es un personaje difícil que me da coraje, son personajes con los que no estamos de acuerdo, pero queremos que sirva para algo”, acotó.
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