Hace cuatro años, Trinidad Riveros, mejor conocida como Princesa Alba, se dio a conocer con "My only one", una canción que, junto a su respectivo videoclip, tuvo la suerte de convertirse en un fenómeno viral de internet, con lo que la artista chilena tuvo la oportunidad de darse a conocer en varios puntos de Latinoamérica.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas, pues la popularidad repentina en internet suele venir acompañada de una cuota de críticas desproporcionada, como le pasó precisamente a ella:
“Recibí mucho bullying. Yo aún estaba en la Universidad en ese momento y recuerdo que había un periodista esperándome afuera de la escuela. Mi vida cambió radicalmente en un abrir y cerrar de ojos, porque aunque siempre me he vestido así, mucha gente en Chile decía: ¿Por qué esta niñita está haciendo esto, por qué se maquilla así, por qué sale bailando en el estadio de Colo Colo? Fueron un millón de cosas que se juntaron y fue súper chocante, aunque al mismo tiempo tuve la oportunidad de aprovechar esa crisis para mostrar cuáles son los principios que rigen a una niña feminista”, dice en entrevista con El Sol de México.
Cuenta que sus inicios en la música no fueron fáciles, sobre todo porque estaba tratando de darse a conocer en una escena musical dominada por hombres:
Como mujer autogestionada fue super difícil enfrentarme a que los productores me cerraran las puertas por ser mujer o a que no me dejaran tocar en ciertos eventos porque creían que a mí sólo me escuchaba cierto tipo de gente… Me pasaba mucho al principio y por ello creo que fui un poquito como carne de cañón en la escena musical chilena, porque me decían: ¿Por qué te vistes así, porque quizás te sexualizas, por qué hablas tanto de tu cuerpo, estás gorda, estás flaca, etcétera, pero yo siempre tuve súper claro mi discurso de que yo soy la que decide sobre mi cuerpo, de que yo decido cómo mostrarme y de que es cosa mía si lo disfruto… Fue duro, pero siento que también ha ayudado a otras mujeres que están entrando a la escena musical, y es que entre todas las mujeres tenemos un vínculo súper importante, una alianza para superar el machismo que existe en la industria”
Por fortuna para ella, después de la tormenta siempre viene la calma, que en este caso le permitió pasar a otro periodo en el que, a medida que iba presentando nuevas canciones y dándose a conocer en diversos escenarios, comenzó a hacerse un hueco en la escena del llamado pop urbano, que es esa fusión de canciones pop con elementos de estilos musicales como el trap, el R&B y el reggaeton.
“Después hice un mixtape súper experimental, con las herramientas que yo tenía en mi casa, grabando en mi habitación con mi micrófono de 30 dólares y mezclando todo en mi compu de forma súper rudimentaria, y por fortuna a la gente le fue gustando, lo que me permitió ir generando más dinero para poder hacer otros videos y grabaciones ya en un estudio más formal, así que ha sido súper bonito, porque ha sido todo muy gradual”, comparte.
Finalmente, en 2021 la artista publicó su primer LP titulado Besitos cuídate, que supone una especie de salto cuántico para ella con respecto a lo que había hecho antes
y el cual realizó en compañía de productores como el chileno Pablo Stipicic.
“Él fue como el productor general y quien estuvo metido en casi todas las canciones, además de que su estudio en Chile es como mi hogar, porque ahí compongo y como estamos súper conectados pues ahí vamos experimentando en un proceso muy amigable y nutritivo para ambos, además de que él también tiene un background mucho más electropop y eso es muy bueno porque lo mezclamos con los ritmos urbanos, estoy muy contenta de trabajar con él.
Otra pieza importante en la realización de este trabajo fue el español Alizzz, con el que produjo dos tracks:
“Alizzz siempre te da una cuestión muy ecléctica, porque es súper rebelde en el sentido de que te te propone cosas que quizá son raras o que parece que tienen poco que ver al principio y me encanta eso, que sea súper arriesgado aunque al mismo tiempo sabe muy bien cómo crear un hit”, asegura.
Y finalmente estuvieron dos productores argentinos, de quienes destaca:
“Está EVLAY, que hace mucha música urbana en Argentina y que a mí me gustó porque nos salimos de la zona de confort e hicimos una canción inspirada en el shoegaze; me gustó que él conociera todas esas referencias, de decir: Pongámosle esta parte de My Bloody Valentine o de Metronomy o Beach House… Y por último está Nico Cotton, otro argentino que creo que es un productor súper completo porque se mete en todas las aristas, aprendí mucho de él a cómo desarrollar un coro y a que las estrofas lleguen bien y sean súper musicales”.
DIVERSAS INFLUENCIAS
Trini, como le dicen sus allegados, se describe como una gran aficionada del fútbol. De hecho, su nombre artístico es una referencia al equipo del que es seguidora:
“Lo de Alba viene de los colores del Colo Colo, que para mí es el equipo más importante de Chile, también mi primera canción se trataba un poco de fútbol, aunque obviamente después empecé a hablar de otras cosas, pero sí, soy muy hincha y siempre estoy en el estadio”, comparte.
Musicalmente, su mayor inspiración fue su tío Rubén Riveros, quien también se dedicaba a esta disciplina:
“Él hacía shoegaze, de hecho estaba produciendo un disco con Gustavo Cerati, pero a sus 23 años murió en un choque después de una tocada, y no sé, siento que yo de alguna manera vine a esta vida a continuar lo que él comenzó, así que él siempre está presente en lo que hago y en mi disco también hay varios samples, así como algo de su voz y de su guitarra, que para mí son súper especiales”.
Otro músico chileno, también de apellido Riveros con el que Princesa Alba se identifica, además de que ha colaborado con él -aunque no existe parentesco de por medio- es Daniel Riveros, alias Gepe:
“Cuando yo era chica era muy fan de él, y cuando me di cuenta de su apellido pensé que quizás éramos primos, y aunque todavía no podemos encontrar ese lazo familiar yo creo que no sería difícil, porque él es de San Miguel y yo también tengo familia ahí, así que yo creo que por ahí podría existir alguna conexión”.
Sobre su proceso de creación musical, la artista que se presentará este 13 de mayo en el Foro Indie Rocks de la Ciudad de México, admite sus limitaciones, las cuales suple con curiosidad y apoyo de los más experimentados:
“Las melodías siempre las comienzo en mi cabeza, y luego comienzo a trabajar en la compu, ya que ahora hay muchos tutoriales en Youtube, lo que permite que cualquiera aprender a usar Ableton o lo que quieras… Para mí era básicamente hacer un beat súper simple, porque no soy una productora excepcional, sólo algo que fuera funcional, sacando la melodía con una nota y luego eso se lo presento a un productor. Lo que sí tengo es que sé hacer muy bien los hooks (ganchos) y los coros. Pero siempre nace así: Les presento un un boceto a los productores y así van naciendo cada track”.
Sobre sus canciones, asegura que todas son autobiográficas y que en ellas se habla mucho de amor y desamor, entre otros tópicos:
“Siempre estoy rodeada de mis amigas, entonces creo que mis canciones son más bien una crónica de una joven de 25 años, en las que le muestro a la gente lo que va pasando en mi diario de vida, para ver cómo esas personas pueden relacionarse con ello. Pero sí, los grandes tópicos son el amor y también la solidaridad entre amigas y la fuerza femenina”.
Ante el reinado que actualmente tienen en el mainstream los ritmos urbanos (trap, R&B, reggaeton), Trini asegura que ella pretende hacer más bien canciones atemporales, que no necesariamente correspondan a una época o a un sonido.
“Yo no estoy para eso, yo quiero generar discos que te acompañen durante toda una vida, no tanto one hit wonders. Prefiero quizá no pegar tanto, pero saber que voy a acompañarlos durante toda su vida, y en ese sentido me siento mucho más apegada al pop, que es como el hilo conductor de la música, junto con el rock, esas son las dos grandes directrices de la música y de ahí se va ramificando todo lo demás, y yo siento que siempre voy a ser más fiel a eso, a ese sentido romántico de la música que perdura en el tiempo”.
Agrega que precisamente viviendo en una época en la que lo que predomina es el reggaeton, ella considera un gran logro afianzarse del lado de la música pop con la que creció:
“Mis referentes son Miranda, Belanova, Spice Girls, Britney, etcétera, y yo creo que vengo un poquito a enaltecer ese pop que nos crió y que está dentro de todos, con principios y como con pequeñas lecciones que quizás puedan ayudar a las niñas a configurar su vida de una manera más feminista y liberal.
Antes de concluir, cuenta que de lo único que se arrepiente es de hacerse la fuerte cuando sucedió el fenómeno de “My only one”:
“Me hice la fuerte porque no quería que el bullying me tragara y entonces di la cara y estuve peleando con la gente, aunque yo jamás peleo. Ahora que lo pienso, quizá me hubiera gustado tener un poquito más de calma y ser menos aguerrida”.
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