"¿En qué carajos te metiste?", fue la primera pregunta que se hizo Luis Gerardo Méndez cuando se vio al espejo y se dio cuenta de lo difícil que era la construcción de un personaje alejado no sólo de su personalidad, sino también de los trabajos que había hecho antes.
Al dar vida al boxeador Miguel Galíndez en la película Bayoneta, quien se muda a Finlandia después de vivir un tropiezo que trunca su carrera, tenía un único propósito: hacerlo verosímil.
Para hacer la cinta dirigida por Kyzza Terrazas, Luis Gerardo tuvo un entrenamiento físico de cinco meses con el sparring de Julio César Chávez, pero según explicó, el mayor reto fue entrar en la cabeza de un boxeador y comprender como esta actividad es la puerta de salida para muchos jóvenes que viven en la pobreza.