Alejandro Castro | El Sol de México
Más que una metáfora de la actividad que le dio fama mundial al ex actor porno y hoy empresario español, es un hecho: Ignacio Jordà González, más conocido por el nombre artístico de Nacho Vidal, es un experto en incursionar en diferentes actividades y en abandonarlas en el momento correcto. Y como buen rock star, también es muy hábil para meterse en problemas… y salirse finalmente con la suya.
La leyenda de Nacho Vidal se fue forjando desde finales de los setentas, cuando el chico creció en un clima de pobreza, en el municipio de Enguera, de la comunidad de Valencia, España.
Después de probar suerte como pizzero, transportista, boxeador y portero de discoteca –con el respectivo flirteo con las drogas–, el joven español se enlistó en la milicia, donde permaneció por 18 meses.
ENTRAR AL PORNO
A su regreso, ya con 21 años, Nacho Vidal se enredó con Sara Bernat, una prostituta que trabajaba en la Sala Bagdad; un local famoso mundialmente por sus shows de sexo en vivo. Como buen novato, Nacho intentó sacar a la joven del negocio… pero terminó metiéndose en él, al quedarse a trabajar ahí. Esa vez le salió mejor lo de entrar que lo de salir.
“Silvester Stallone hizo pornografía. Rob Lowe también. Tracy Lords también. Ron Jeremy alterna pornografía y cine convencional”
Fue en ese club que Nacho conoció a José María Ponce, exdirector de una feria del sexo quien lo introdujo al mundo del cine XXX. El otro hombre clave en su ascenso llegaría poco después: ni más ni menos que Rocco Siffredi, también conocido como “el semental italiano”, quien lo llevaría a Hollywood en 1998.
El resto es historia: durante poco más de dos décadas, Vidal se dedicó a protagonizar más de mil 500 películas y a compartir la cama, según él mismo, con más de dos mil 500 mujeres… tan sólo en horas de trabajo. Es decir, sin contar las relaciones personales que mantuvo en esos años.
2,500 mujeres compartieron escena con Nacho Vidal, según cálculos del mismo ex actor porno
101 mujeres para Nacho Vidal (1997), Higos Maduros, nabos duros (1998), Vampira 2: Abiertas hasta el amanecer (1999), Turistas de impresión penetradas sin compasión (1999), Españolas de uniforme (1999) y Siempre jodiendo (2000) son sólo algunos títulos de una interminable lista que lo llevaron a la cima del cine XXX.
A los 30 años, Vidal ya era el actor porno más cotizado del mundo y un digno sucesor del mítico Siffredi, respaldado por decenas de premios en categorías como: Mejor Actor, Mejor Escena y Mejor Trío.
Los ingredientes que completaron el mito de todo rock star tampoco faltaron: excentricidades, divulgación de relaciones personales y rompimientos amorosos, modelaje, así como actuaciones en películas convencionales (El alquimista impaciente, Va a ser que nadie es perfecto, Impávido); videoclips musicales (Down with love, de Miguel Bosé o Big Bad Bitch, de Rebeka Brown) y decenas de programas de televisión.
Sobre la forma en que comenzó a alternar sus actuaciones porno con sus participaciones en producciones convencionales, dijo en una ocasión a El Mundo: “Sylvester Stallone hizo pornografía. Rob Lowe también. Tracy Lords también. Ron Jeremy también alterna pornografía y cine convencional… El director que te quiere, te quiere sin pensar de dónde vienes”.
Tampoco faltó el correspondiente libro, que en su caso fue Confesiones de una estrella del porno(2004) en el que Vidal le cuenta sus memorias a un escritor, que son acompañadas de testimonios de los personajes que lo han acompañado en su carrera. Y como cereza del pastel, su debut como DJ, cuatro años después.
Su carrera está llena de anécdotas, que sin importar su veracidad, han ayudado a construir el mito de Nacho Vidal, como aquella de que un día, cuando visitó al médico por un dolor de oído, el doctor le pidió que se bajara los pantalones y le examinó los genitales, hecho por el cual Vidal presentó una denuncia por abuso sexual en su contra.
25 es el número favorito de la estrella del porno, según él, eso mide su herramienta de trabajo
SALIR DEL PORNO
En 2005, luego de comprometerse con la modelo colombiana Silvia Romero, el llamado “Rey del Porno” anunció su retiro. Pero todavía más experto en el arte de entrar que en el de salir, termina por introducir a su pareja a esa industria y él mismo, después de un tiempo, vuelve a participar en varias películas del mismo corte.
Con el tiempo y con la experiencia de tantos años en el negocio, Nacho comienza a pasar de las actuaciones a dirigir sus propias películas, alcanzando una suma de 140 producciones.
Su peso e influencia llegaron a ser tales, que Nacho Vidal podía parar a la industria del cine porno, como sucedió a principios de 2019, cuando un periódico español publicó que el actor tenía VIH. Las productoras pusieron a todos sus actores en cuarentena, hasta que él mismo aclaró que lo que tenía era Síndrome de Reiter, un tipo de artritis por la que finalmente dejó el mundo del porno.
Silvester Stallone hizo pornografía. Rob Lowe también. Tracy Lords también. Ron Jeremy alterna pornografía y cine convencional
METERSE EN PROBLEMAS (Y SALIRSE CON LA SUYA)
En octubre de 2012, Nacho y su hermana María José fueron arrestados bajo sospecha de estar involucrados en lavado de dinero y evasión de impuestos a nombre del crimen organizado chino. Las autoridades intentaron mantener al actor en prisión durante la investigación y su juicio, pero unos días después un juez lo dejó ir bajo fianza… Y Nacho se va a formar parte de un reality show (Supervivientes).
El 4 de junio, Vidal fue arrestado otra vez junto con una prima y un empleado, en esta ocasión acusados por cargos de homicidio involuntario y delitos contra la salud, en relación con la muerte de un fotógrafo llamado José Luis Abad, quien un año antes murió como resultado de la inhalación de veneno del sapo bufo, en un ritual tradicional que se llevó a cabo en una de las propiedades de Vidal.
Después de prestar su declaración ante la juez, Nacho y sus acompañantes fueron puestos en libertad condicional.
ADICCIÓN A LOS NÚMEROS, MÁS QUE AL SEXO
Su experiencia y fama en el mundo del porno también se reflejó en sus bolsillos. En 2013, Vidal cobraba entre dos mil y dos mil 600 dólares por escena filmada. Cuatro años después, la estimación era que al año se embolsaba 1.5 millones de dólares.
Al considerar un cobro aproximado de tres mil dólares por escena, tuvo que realizar 500 escenas para alcanzar esa cantidad de dinero anualmente.
Pero el número que siempre lo ha acompañado y seguramente el que más orgullo le da es el 25, el número de centímetros que presume tener en la que fuera su principal herramienta de trabajo.
En pleno Siglo 21, ya retirado de los sets, pero reconvertido según sus propias palabras en “terapeuta espiritual”, Nacho Vidal suele subir videos a su canal de Youtube donde aconseja a los jóvenes que quieren incursionar en el porno, mientras les lanza la advertencia de que quien entra en esa industria ya nunca sale.
Pero sobre todo, el ex actor pornográfico está enfocado en su faceta de empresario y tiene una línea de productos eróticos vendidos en su página de internet.
En dicha tienda virtual, sobresalen dos productos: una réplica de látex de su miembro, y una fragancia llamada “Twenty Five”, cuya botella de vidrio también es una réplica del mismo.
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