Desde su estreno en Japón, en abril de 1997, la serie animada “Pokémon” se ha colocado como una de las favoritas para muchas generaciones a nivel mundial.
Tan sólo en su primer año de transmisión se estima que 55 por ciento de los niños y jóvenes japoneses veían cada capítulo los jueves por la noche.
Sin embargo, ocho meses después de su debut televisivo, el anime provocó que Japón viviera una de las mayores emergencias de salud cuando el 16 de diciembre de 1997 la serie transmitió el mítico capítulo “Soldado eléctrico Porygon”, lo que provocó que cientos de niños sufrieran ataques epilépticos.
La escena ocurre casi al final del episodio, cuando “Ash” y su intrépido amigo “Pikachu” se adentran en el “ciberespacio Pokémon” para evitar que el “Equipo Rocket” se robe a “Porygon” y lo utilice para secuestrar a todas las criaturas de los entrenadores.
Durante el enfrentamiento “Pikachu” lanza uno de sus ataques eléctricos a unos misiles virtuales, haciéndolos estallar en una explosión de flashes azules y rojos. Pocos instantes después del estallido los teléfonos de emergencia en los hospitales de Japón comenzaron a sonar.
De acuerdo con información publicada en varios medios, como El País, se estima que entre 600 y 700 niños sufrieron convulsiones, vómitos, vista irritada y otros síntomas. La mayoría de las víctimas fueron trasladadas de emergencia a diferentes hospitales del país y algunas de ellas presentaron ataques epilépticos.
Según Yukio Fukuyama, experto en epilepsia infantil, la secuencia de luces rojas y azules proyectada durante la escena de la explosión, que duró cinco segundos, provocó un fenómeno clínico conocido como epilepsia televisiva.
Poco tiempo después, la revista científica Science Daily publicó un estudio del caso donde explicaba que “los cambios rápidos de luz/oscuridad y los patrones alternados de imágenes con alto contraste hacen que las células nerviosas en el cerebro disparan impulsos eléctricos con más rapidez de lo habitual”.
Asimismo, la producción del programa tomó cartas en el asunto para evitar que el incidente se repitiera, llegando a poner un reglamento que limitaba la velocidad con las que los colores rojo y azul se pueden intercalar en la pantalla y colocando leyendas de advertencia antes de cada capítulo.
La situación causó tanto impacto nacional que el Ministerio de Salud de Japón convocó una reunión de emergencia, donde se decidió suspender la emisión de la caricatura por un tiempo indeterminado.
A pesar de eso, la popularidad del “show” era tanta que miles de niños, incluyendo víctimas de la catástrofe, escribieron cartas a TV Tokyo pidiendo que no se cancelara.
El primer ministro Ryutaro Hashimoto advirtió en su momento contra la fascinación de los dibujos animados por las pistolas de rayos y los misiles láser que en el fondo son “armas” y “sus efectos en los espectadores no han sido completamente determinados”.
El escándalo por lo sucedido fue tan grande que por primera vez, en gran parte del occidente, la gente se enteró de la existencia de la serie, poniendo en peligro su llegada a Estados Unidos. No obstante, “Pokémon” llegó a América bajo el compromiso de no volver a transmitir ese capítulo.
En la actualidad la popularidad de la serie es tanta que se han publicado diversos videojuegos, siendo “Pokémon Go” el más popular entre los fanáticos gracias a que les permite buscar y capturar a los “pokemones” que se encuentran escondidos en el mundo real. Por su parte, las series animadas “Los Simpson” y “South Park” hicieron una parodia de lo sucedido.