Entre reflexiones en silencio y deseos de conciliación, Paulina Rubio está de regreso en la música con Deseo, su nuevo disco. Ella dice que nunca se ha ido, pero lo cierto es que han pasado siete años desde su último álbum inédito.
La cantante ha ocupado ese tiempo para la reflexión, pues considera que a partir de eso ha podido reinventarse como artista y persona para empezar desde cero.
El cero para mí es el silencio, y el silencio a veces es incómodo. Y el silencio incómodo es muy gratificante para un artista porque entonces empiezas a oír melodías, palabras, oír un meme. Un meme ahora es una forma vulgar de decir una línea, pero mis canciones están llenas de memes, de líneas muy bonitas para empoderar a cualquier persona dentro de una relación, o a la mujer o hacer la comunión en un momento con una canción
Deseo es el nombre de su último disco porque ahora Paulina vive un momento lleno de anhelos. "Mi deseo puede ser desde lo más banal hasta lo más espiritual. Creo que el deseo es la mecha que puede prender cualquier fuego y el deseo es infinito para cualquier ser humano. Es una palabra que abarca todo lo que yo quiero decir en muchas canciones", comenta.
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"Mi máximo deseo sería que no hubiera pasaportes, que no nos dividieran por etnias, que no nos sacrificarán por otros. Pero el deseo es infinito, porque también me gustaría que la comida no engorde", dice bromista una Paulina que se oculta detrás de unos lentes oscuros a pesar de estar en un recinto cerrado y con luces tenues.
Entre esos anhelos, la intérprete de Dame otro tequila tiene ganas de hacer desde un disco con colaboraciones femeninas que interpreten sus éxitos, hasta un Unplugged con duetos nacionales e internacionales. Por ahora no tiene nada concreto, ni siquiera la gira mundial de la que promete develar las fechas el último día del año.
Por la mente de Paulina Rubio sólo hay tiempo para el momento, para reflexionar y buscar un momento de conciliación por donde sea, incluso con sus seguidores.
Lo que les digo a mis Paupowers (como se llaman sus fans) es que ya no quiero peleas, que no ataquen a nadie. Mi nueva versión es conciliar y quiero romper con todos esos tabúes de antes porque uno con el tiempo se vuelve mejor y yo estoy muy bien en mi piel.
Cuando se le pregunta si dentro de esa conciliación cabría la oportunidad de hacer una colaboración con Thalía, la mexicana de 47 años responde con su particular acento. “Que me invite, claro que sí. Si nos hablamos el día de nuestros cumpleaños”, señala para enfatizar que la rivalidad que tanto se publicitó entre ambas quedó atrás.
“El tiempo es mágico, nos da la oportunidad de madurar, de entender de saber que cómo nos peleábamos por la competencia. Pero qué bueno que nos queramos tanto, que queramos sobresalir la una y la otra. Antes creía que el número uno (en las listas de popularidad) era la felicidad, pero creo que más bien está en el público, en tu casa, con tus amigos, con tu comunión, con una misma. Buscar el deseo constantemente. Y puede ser desde que el pastel no nos engorde hasta que Donald Trump nos quiera un poquitín, ¿por qué no?”, concluye.