Similar a los conquistadores españoles, pero en dirección contraria y con un propósito distinto: “sembrar diálogos de resistencia”, un escuadrón de siete zapatistas soltó las amarras de un viejo velero operado por una tripulación alemana que, el 2 de mayo de 2021, zarpó desde las Islas Marías con el objetivo de llegar Europa a través del Atlántico.
Con este viaje dio inicio una nueva etapa en la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el cual, desde 2020, tomó la decisión de contactar y conocer otras historias de lucha en el mundo. Se trató, pues, de un hecho de relevancia histórica para esta organización política, el cual quedó registrado en el documental “La montaña”, del periodista Diego Enrique Osorno, ya disponible en cines.
“Esta película es para que cualquier persona, más allá de que le interese o no la lucha social, se pregunte si la realidad que tenemos en el mundo es la única realidad posible. Es un filme que invita a mantener una perspectiva utópica y a decir que uno no tiene que conformarse con lo menos peor políticamente.
“Creo que los zapatistas, con su historia y este viaje, nos han enseñado que esto no debe ser así, que hay que seguir pensando que las cosas se pueden cambiar”, apunta en entrevista Diego Enrique Osorno sobre una de las reflexiones principales del documental, que realizó con la invitación expresa del EZLN.
Más vivo que nunca
Entre los aspectos destacados de este filme se encuentra que, además de ser la bitácora de un viaje trasatlántico que duró 52 días en barco hasta las costas de España, es a su vez el recuento de la historia del Movimiento Zapatista desde su temprana organización en la década de los 80, su levantamiento armado en 1994, su declaración como Municipios Autónomos y la actualidad.
Todo esto, a través de las voces de los integrantes de este escuadrón, las cuales son ilustradas con material de archivo del Movimiento Zapatista y complementadas con grabaciones de discursos y declaraciones del subcomandante Marcos, quien fuera el rostro y portavoz principal de dicha organización.
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Con ello el documental ofrece una perspectiva enfocada desde el mismo movimiento, que narra cómo éste percibe su propio cambio con el paso del tiempo, al haber sido en principio un movimiento meramente militar que hubo después de transformarse en un poder político con la capacidad de desarrollar proyectos de infraestructura, salud y educación.
“A lo largo de estos 30 años llama la atención cómo este movimiento irradia en lo global y lo nacional. En lo nacional, sobre todo, en ser uno de los pocos, sino es que el único, territorio del país donde no ha entrado la violencia que ha sido parte cotidiana de la democracia mexicana del siglo XXI”, afirma el periodista, quien considera que es por esas razones que “la lucha zapatista está más viva que nunca, contrario a lo que se pretende propagar desde el gobierno que dice que el zapatismo es sólo un hecho histórico”.
Un viaje de viajes
Como protagonista y narrador del documental, el escuadrón llamado 421, conformado por cuatro hombres, dos mujeres y una persona que se identifica como no binaria u “otroa”, se convierte en una especie de diálogo construido por diversas perspectivas, ya que cada uno de ellos proviene de comunidades distintas, donde fueron elegidos democráticamente.
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Esta condición, al espectador le ofrece perspectivas distintas de personas que se han visto beneficiadas por este sistema creado por los zapatistas, el cual, a su vez durante todo el viaje entra en diálogo constante con el pensamiento europeo de la tripulación y el capitán del barco con quienes disertan sobre la condición humana en sociedad. Esto, afirma Osorno, permite que el espectador pueda generar un juicio a partir de lo que escucha, que es, a su vez, el ejercicio que los zapatistas buscaron en España: el diálogo.
“El zapatismo no es homogéneo y tiene perspectivas distintas. Yo desde 2013 he podido acompañar este proceso de autonomía y sigo admirando la figura del Subcomandante Marcos, pero lo fundamental es que es un grupo de gente que lleva siglos resistiendo y ahora mantiene su lucha contra viento y marea en un contexto nacional bastante decadente”, finaliza.