Después de que la pandemia atrasara los planes de estrenar la nueva historia de Dominic Toretto y amigos en 2020, la novena entrega de Rápido y Furioso finalmente llega a cines.
Lo hace justo cuando la franquicia cumple 20 años de su debut, tiempo en el que ha recaudado cinco mil mdd en la taquilla global.
El tiempo y la tecnología han cambiado el rumbo de la saga protagonizada por Vin Diesel. Pasó de contar la historia de Brian O’Conner, un policía encubierto que termina enganchado en el mundo ilegal de las carreras clandestinas, a un grupo de amigos que se volvió en una especie de equipo de agentes secretos capaz de resolver cualquier misión.
Pero ha sido la autenticidad que provee el filmar en las calles lo que verdaderamente le ha dado éxito a la franquicia. Mezclado con la tecnología que delinean las escenas de acción, Rápido y Furioso entrega al espectador una experiencia cinematográfica que debe verse en pantalla y que tiene más sentido ahora que las salas de cine quieren que el público vuelva.
“En el 2019, cuando estábamos haciendo la película, no sabíamos que sería tan necesario conducir o apoyar la experiencia cinematográfica que tanto hemos perdido ahora. ¡Nadie esperaba ver durante un año tantas películas en un sofá! Y nadie podría predecir cuánto anhelamos regresar a esa experiencia en el cine que no se parece a ninguna otra en el mundo”, comenta Vin Diesel, el protagonista.
Cuando filmaron la primera película, el presupuesto no superó los 38 millones de dólares. Eso obligó a que toda la producción fuera muy práctica, dice el actor. “Obviamente eso fue 20 años antes de tener la tecnología de cine que hoy tenemos. Porque a medida que pasaban las décadas, los estudios empezaron a confiar cada vez más en el CGI”.
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Las escenas de acción aliaron a la franquicia con la tecnología de punta. Pero no dejaron de lado su núcleo: filmar en las calles. Si en principio los barrios bajos de California fueron las locaciones principales, ahora son las zonas de Escocia y Georgia las que brillan en pantalla. La combinación del CGI con los escenarios exteriores es lo que para el actor ha sido clave para hacer estas cintas más atractivas.
“Si estás dispuesto a salir del estudio y encontrar lugares que te agraden, destruyendo su mundo por el bien del arte, entonces eso convierte la filmación en una experiencia mucho más visceral. Y nosotros luchábamos por mantener la autenticidad, algo de lo que no éramos conscientes cuando filmábamos en 2019”.
Con Rápidos y Furiosos 9, la franquicia busca volver a las raíces de su universo. Primero con la trama que nos lleva a descubrir los orígenes de Dominic Toretto que nos llevan a descubrir un hermano hasta ahora desconocido. El menor de los Toretto, interpretado por John Cena, termina convertido en el villano de la cinta.
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“Mientras desarrollábamos la historia, fue muy divertido poder volver a visitar el pasado, lo que se vivió en la primera película”, explica el actor. “Una vez que empezamos a meternos en el casting para saber quién sería mi hermano fue cuando empezó la ansiedad porque ¡podría ir en un millón de direcciones diferentes!" Hubo ansiedad real antes de elegir a John”.
La segunda clave está en su director, Justin Lin, quien ha filmado cinco películas de la saga, esta es la primera en ocho años. “Las notas que Justin y yo hemos creado a través de los años son invaluables. Pasamos mucho tiempo en la preproducción antes de que alguien lea una página, trazando la mitología de las múltiples películas. No podría haber imaginado a nadie más en el mundo para hacer esta trilogía final, de esta novena y las dos partes de la 10”.