Existen diferentes formas de celebrar alguna fecha importante, en el caso de la actriz Verónica Bravo, la manera más factible de abrazar su primera década de trayectoria artística es a través de la búsqueda de nuevos retos profesionales.
En 2012, Bravo egresó de la Escuela de Teatro; durante los siguientes siete años se dedicó a protagonizar diferentes puestas en escena, pero fue hasta 2019 cuando su rostro comenzó a popularizarse gracias a los sketches de comedia del canal de Youtube, Backdoor, del que se desprende Harina, serie que transmite Comedy Central, igual que los sketches de Backdoor.
Entre sus unitarios más recordados están el de Campeones, en la que da vida a una reportera y entrevista a tres figuras del deporte mexicano y Harina, donde es la agente Ramírez, a cargo de las órdenes del teniente Prieto protagonizado por el actor Memo Villegas.
Gracias a este proyecto en redes y la popularidad que generó en los internautas se apostó por una serie titulada Harina, que se transmite por Comedy Central, igual que los sketches de Backdoor.
Ahora, con el éxito de dicho proyecto, Bravo busca oportunidades en la pantalla grande, así como en diferentes plataformas digitales.
“Antes de llegar a Backdoor no había hecho nada para cámara profesionalmente, mi carrera de teatro había sido muy rica, sé que tengo herramientas para otros géneros que me encantaría explorar en el mundo cinematográfico, pero hasta ahora ha sido un estira y afloja para ir buscando por dónde. Es difícil salir de lo que la gente ya ubicó de ti, romper esa imagen”, afirmó la actriz en entrevista.
Aunque ya se encuentra inmersa en diferentes productos de cine, estos se mantienen en el género de la comedia.
A Bravo no le incomoda en lo más mínimo el ser ubicada por hacer reír, al contrario, le honra saber que su trabajo es bien recibido por parte del público.
Es por ello que quiere demostrar sus habilidades y conquistar con personajes más complejos, de diferentes edades y contextos socioeconómicos.
“Tengo como agenda personal ampliar el rango, ir intuitivamente escogiendo los proyectos en los que quiero estar, si bien estoy muy agradecida con la chamba que se ha dado, estoy contenta y he conocido gente muy chida, también quiero hacer más cosas y de todo”, dijo.
Ejemplo de nuevos rumbos, pero sin alejarse de sus raíces es su participación en la obra Conejo Blanco, Conejo Rojo; en la que se presentó este miércoles.
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“Justo para poder participar en la obra no debes de saber nada. Me parece impactante que haya sido montada tantas veces en tantos países, en tantos idiomas y siga siendo un secreto para muchos”, dijo acerca del experimento teatral del autor iraní Nassim Soleimanpour.
“Creo que la preparación consiste en eso, pensar que, en este caso es mejor no saber nada, si voy a jugar con las reglas como me las plantean, es mejor que no sepas nada, es más bien una preparación de irse soltando y relajarme, lo cual está padre porque es un poco liberador en el fondo”, sostuvo.