La espera terminó, cientos de shitases salieron a las calles a festejar a la Virgen de Guadalupe en La Estancia, comunidad a unos 20 minutos de la cabecera municipal de San Juan del Río, y a un kilómetro de la carretera más transitada del país, la autopista México – Querétaro.
En punto de las cinco de la mañana tronó el primer cohetón, era el llamado para estos personajes a salir a las calles, disfrazados, armados con tubos, bates y envases de caguamas llegaron por todas partes de la comunidad, para dar inicio a tres días de fiesta, bailar como en un slam las canciones que una banda de viento tocará para deleite de los asistentes.
Desde hace más de 100 años se lleva a cabo tan singular tradición, dicho por habitantes de “Rancho Loco”, como ellos le llaman a La Estancia, donde han visto de todo, incluida la muerte de algunas personas debido a los excesos que se viven durante esos días.
En medio de la algarabía que generan los festejos, también se pueden ver momentos complicados, sobre todo cuando se enfrentan entre sí integrantes de las cuatro diferentes pandillas que comparten las calles de la comunidad.
Con trajes confeccionados por ellos mismos durante meses, salen desde muy temprano de sus casas, algunos ni siquiera regresan durante los tres días a sus hogares, a su paso causan miedo, terror, se les ve por las polvosas y oscuras calles caminando, tomando, gritando, festejando.
A pesar de los múltiples esfuerzos por evitar las “shitaseadas” en la comunidad, esta tradición se niega a morir, por ejemplo, en el 2016, en contra de la delegación y de la iglesia, jóvenes, en su mayoría, se organizaron por su cuenta para llevarla a cabo.
Es una fiesta multicultural de la cual no se tiene muy claro el objetivo, se ven imágenes religiosas, símbolos anarquistas, banderas extranjeras y disfraces de todo tipo.
A ritmo de banda sonó por toda la comunidad la canción favorita de los shitases, la cual han adoptado como himno de la comunidad: “Corazón de Texas”, la fiesta se lleva a cabo entre actividades religiosas, juegos mecánicos, charlotadas y bailes populares.
A pesar de las riñas que se suscitan en medio de la festividad, provocadas por los ánimos que se encienden entre la música y el alcohol, nada es más emocionante en esta comunidad que la espera por la shitaseada de cada 12 de diciembre.