Xalapa, Ver.- “Ser médico es algo hermoso, para mí es unabendición porque me da la oportunidad de estar cerca del serhumano, de mis pacientes, de servir y dar lo mejor de mí”, dijoMaría Karina Muñoz Toledo.
Tenía ocho años y ya se imaginaba que sería una gran médico,sueño que su padre no pudo cristalizar. Ahora tiene 41 años deedad y 14 años de ejercer la medicina en el Instituto Mexicano delSeguro Social (IMSS). “Me gustó o me llamó la atencióninicialmente el área médica y poco a poco, con el paso deltiempo, tuve familiares médicos y digamos que por ahí nació laidea y el interés de ser médico”, dijo.
Actualmente labora en la Unidad de Medicina Familiar número 60de Coatzacoalcos, donde es jefa de servicios de medicina familiar.Es originaria de Salina Cruz, Oaxaca, pero su formación larecibió en el estado de Veracruz, por lo que tiene una conexiónespecial con la entidad. La educación superior la cursó en laUniversidad Veracruzana, campus Minatitlán y la especialidad en elpuerto de Veracruz en la Unidad de Medicina Familiar número 61.Recuerda que su tío es médico internista, además de que su papáoriginalmente quiso estudiar medicina, aunque le fue imposible.
Asegura fue su mamá, quien es madre soltera, luchó porque ellatuviera la oportunidad de estudiar. “Ella siempre me apoyó, alprincipio sí decía a lo mejor escoge otra carrera, algo que nosea tanto tiempo, tan sacrificado, pero yo me mantuve firme en elinterés por estudiar medicina y gracias a Dios y a mi madre, aquíestoy”, dijo.
Ayer recibió de manos del gobernador Miguel Ángel YunesLinares un reconocimiento en la celebración del Día del Médicorealizado en Palacio de Gobierno, donde fueron festejados otros desus colegas. “Recibir este reconocimiento en el Día del Médicoes gratificante porque considero que como médicos lo que másgratifica en cierta manera es el gracias y que Dios te bendiga”,agregó. Su hija, de 17 años, y su esposo han contribuido en granmanera en que Karina haya logrado su sueño y siga ejerciendo suprofesión con todo lo demandante que puede resultar. “Ahora enel área que estoy no hay un horario fijo, pero le agradezco aellos el apoyo, porque todo este tiempo me han apoyado y aunque enalgún momento he sacrificado a mi familia, la recompensa es grandeen el trabajo”, dijo.
Consideró que el camino y preparación no han sido fácil, puesestudió siete años medicina familiar, tres de especialidad, tomódos diplomados de dos años, así como una maestría también dedos años más. Aunque asegura que todo esfuerzo ha valido la pena,confiesa que la etapa más difícil fue su año de internado, dadoque además de desvelos y trabajo total en el hospital, estabaembarazada, lo que lo complicó aún más. “Pero digamos que hansido retos que he tratado de ir solventando y gracias a Dios aquíestamos, todo ha valido la pena”, concluyó.