Yo le decía que abriéramos un restaurancito, me ayudas ledije, vamos a trabajar los dos, a mí me gusta trabajar, su mamácocina muy rico y el chiste es que dejes eso (el periodismo) yestemos tranquilos.
Una y otra vez Adelina Mendoza le pidió a su esposo que dejaraatrás el periodismo de la letra roja, para tener una vidatranquila y ver crecer a su pequeño en un modesto negocio; laesposa no esperaría que las últimas horas de su esposo fueran consu hijo en un evento navideño dentro de la primaria Rafael AguirreCinta.
Estoy consternada, estoy en shock todavía, no puedo creerlo, nopuedo creer que haya llegado de esa manera tan cruel, haber hechoeso delante de los niños
Mendoza contó a medios locales la impotencia y el dolor decómo fue que asesinaron a su esposo.
Vi que a la gente empezó a salir corriendo y que se aventabadesesperadamente, sale un padre de familia y le digo ¿qué pasa?,me dice, ¡acaban de matar a uno adentro! Entonces yo lo que hice,me quedé en shock y salí corriendo por la puerta trasera de laprimaria de mi hijo para salirme pero vi que estaba cerrada y merefugié en un salón
Las ganas de contar historias violentas del periodista asesinadoGumaro Pérez Aguilando comienzan hace 15 años, en el DiarioAcayucan, donde su pluma y sus ojos eran las herramientas paracubrir la fuente policiaca, en este peligroso camino profesionalencontró el amor en Adelina, quienes formaron una familia quehasta este martes se fracturó.
Su esposa recuerda que a Gumaro lo conocían como "el hombre derojo" por la razón de cubrir ese tipo notas, por el color en susprendas y porque ya era conocido como un personaje para darlepublicidad a su periódico.
Hace un año Adelina le pidió a su fallecido esposo que dejarael peligroso oficio periodístico para buscar otro o emprenderjuntos; ahora ella solo busca que se haga justicia en un paísdonde los periodistas fallecen por solo contar historias de muerte,corrupción e injusticias.
Pido a las autoridades que por favor hagan algo con esto, porqueno se puede vivir así, ya no puede uno estar ni tranquila, ya nien un salón de clases con sus hijos, ya llegaron a ese grado, yase pasaron. Pido verdaderamente seguridad, que sí haya seguridad,porque esto es una porquería, no hay seguridad, esto ya es algotan feo