A causa de la inseguridad y el temor de ser víctima de algúnrobo, las personas piden cada vez más que sus viviendas seanseguras, señaló el arquitecto Manuel Alejandro Suárez.
Refirió que en ocasiones se han dado casos de grandes proyectosque, finalmente, terminan con grandes bardas o amplias proteccionesen las ventanas porque las personas le temen a la inseguridad.
“Esa es la respuesta de la arquitectura vernácula a lainseguridad, pero se debería tener una arquitectura más valienteque esté más en contacto con la gente, con el ambiente en dondehabitan”, dijo.
Consideró que se debe proponer una arquitectura más cercana ala sociedad y con la cual, la población sienta confianza,tranquilidad y seguridad.
“Uno de los factores que más se cuestionan al momento decrear o vender una propiedad es si es una zona segura, debido a quelas personas se sienten inseguras y quieren vivir en espacios queles permitan desarrollarse sin dificultades”, expuso.
Incluso destacó que los nuevos fraccionamientos son pensadospara la convivencia social, pero se esconden tras grandes paredesque impiden ver lo que hay dentro o la forma en que las familias ylos menores conviven como fomento a los valores ciudadanos.
Manifestó que se han creado lugares abiertos que permiten laconvivencia con quienes se comparte el espacio, sobre todo enfraccionamientos donde menores y jóvenes pueden realizaractividades al aire libre sin sentirse inseguros.
Sin embargo, consideró que aunque la arquitectura insista en lacreación de este tipo de espacios, se trata de una situación queva más allá, pues además de la confianza de las personas, es untema que corresponde también atender a las autoridades.
“Es un hecho que va más allá, no sólo se necesita lacolaboración social, sino que los responsables de la seguridadgeneren las bases necesarias para poder lograr una arquitecturaabierta, tranquila y creada conforme a las solicitudes de lapoblación”, opinó.