Pedro Arrojo Agudo, relator especial sobre los Derechos Humanos (DDHH) al Agua Potable y al Saneamiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), expresó que alrededor de dos mil millones de personas en el mundo, la mayoría gravemente empobrecidas, no tienen garantizado el acceso al agua, en su intervención en la Escuela Internacional de Verano 2024 de la Universidad Veracruzana (UV).
El investigador español planteó que sólo es posible avanzar con el restablecimiento del buen estado de los ecosistemas acuáticos que abastecen de este líquido.
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En su conferencia magistral “El agua como derecho humano y la crisis actual”, mencionó que más de la mitad de la población mundial reside en países que comparten ríos, lagos o acuíferos fronterizos, lo que hace que su gestión sea esencial para garantizar los derechos al agua y saneamiento.
Además, dijo que es necesario adoptar enfoques basados en ecosistemas y DDHH, priorizando las necesidades de las personas, así como hacer un llamado a la participación pública transfronteriza, especialmente a grupos vulnerables.
Sobre este derecho, el profesor emérito de la Universidad de Zaragoza apuntó que existen dos desafíos convergentes: el ejercicio de los DDHH por las personas que viven en la pobreza, y el restablecimiento de la salud de los sistemas acuáticos.
Basó su disertación en un informe que presentó ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, centrado en los problemas de contaminación, sobreexplotación y mala gestión de ríos, lagos, humedales y acuíferos, y sus efectos en los DDHH al agua potable y saneamiento.
Arrojo Agudo precisó que, de manera particular, el informe muestra cómo la contaminación tóxica del agua, derivada de metales pesados, quebranta no sólo el derecho al agua, sino también los derechos a la salud y a la vida de millones de personas.
“Tener agua en el grifo no es cosa de ricos, sino un derecho humano y una necesidad; los derechos humanos no son buenos consejos ni recomendaciones, son eso, derechos.”
Por otra parte, resaltó que en México se desperdicia alrededor del 40% del agua, y aunque se ha normalizado no tener agua, no debería ser así.
Agregó que para superar estos desafíos es necesario pasar de los enfoques tradicionales de gestión del agua como recurso, a enfoques ecosistémicos y de DDHH a nivel de las cuencas, desarrollando los principios de equidad, reciprocidad y sostenibilidad promovidos por el derecho internacional del agua y los derechos humanos.
Se pronunció porque sean las universidades las que con investigaciones, reflexiones y aportaciones científicas se aboquen a la solución de problemas reales, “que sea la universidad la que dé luz a los espacios de sombra”.
Por ello, añadió, las instituciones de educación superior se deben colocar a la cabeza de la investigación de los grandes problemas, y con la fuerza moral y de conocimiento proponer soluciones.
La Escuela Internacional de Verano 2024 inició este lunes en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de la UV. En su sexta edición está dedicada a la “Sustentabilidad e instituciones de educación superior”.