25 años de servir en un mundo tan convulsionado: Padre Suazo

Descubrió su vocación a los 17 años en su natal Tecama, decisión que no agradó mucho a su padre

Ariadna García

  · lunes 8 de octubre de 2018

Foto: Jaime Rivera

"Vale la pena ser sacerdote", aseveró el padre José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, quien ayer festejó sus 25 años de ordenación sacerdotal con una eucaristía presidida por el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios.

En el Seminario Mayor de Xalapa se llevó a cabo la celebración de que la que participó además el cardenal Sergio Obeso Rivera, sacerdotes, amigos y familiares del padre Suazo Reyes.

Previo a la homilía en honor a su ordenación sacerdotal, aseveró que vale la pena ser sacerdote, pues le permite servir en un mundo tan convulsionado en que hay tanta necesidad de ello.

Vale la pena ser sacerdote; es una vocación bellísima para mí; es motivo de mucha alegría, de mucha satisfacción, porque podemos servir a la comunidad y hoy en este mundo tan convulsionando de tanta necesidad de servicio me parece que el sacerdote tiene mucho que aportar, que con su servicio y su trabajo ayuda a los demás; vale la pena ser sacerdote

Dijo que en este momento sólo puede agradecer a Dios por toda su misericordia y por haberle regalado la vocación sacerdotal.

"Es un momento de agradecimiento a Dios porque su misericordia ha sido muy grande conmigo y me la ha demostrado de muchas maneras, en principio regalándome esta vocación sacerdotal", dijo.

Recordó que fue a sus 17 años en Tecama (municipio de Tomatlán), Veracruz, donde descubrió su vocación al sacerdocio y ahora a sus más de 50 años puede dar gracias por ello.

"Llegó un sacerdote a buscarme porque ya sabía que tenía intenciones de entrar al seminario, pero en esa comunidad sentí la experiencia de querer servirle a Dios en agosto de 1983", dijo.

Su vida sacerdotal la divide así: los primeros 10 años de sacerdote fueron de tipo académico porque tuvo una formación en Roma, donde hizo una especialidad, y se dedicó a la docencia en el seminario, donde colaboró como formador.

Los siguientes 10 años empezó su vida pastoral trabajando en una parroquia y estuvo a cargo de una comunidad en Xalapa en la iglesia de San Isidro Labrador, que combinó con la docencia.

Otro momento significativo fue cuando lo enviaron los obispos como prefecto de estudios a Roma y trabajó en el Colegio Mexicano por cuatro años al servicio de los sacerdotes de México en el área académica.

Más tarde regresó a la arquidiócesis, esta vez en la Pastoral de Comunicación Social, lo que asegura le ha resultado fascinante, pues tiene oportunidad de acercarse a un auditorio que no conocía y le ha ayudado a conocer el mundo.

Ya en la homilía Suazo Reyes recordó y compartió con los fieles un poco de su vida sacerdotal y lo que enfrentó con su padre, quien se negó a que se fuera al seminario desde el primer momento.

Suazo Reyes fue el noveno de diez hijos y asegura que en su adolescencia supo que su vocación era ser sacerdote a lado de Dios y de la Iglesia católica.

“A los 17 años opté por ingresar al seminario y esa decisión marcó el rumbo de mi vida”, dijo.

Recordó que tras hacerle saber su interés al padre Andrés Vázquez, éste se dirigió a su casa, a la comunidad donde vivía para hacer del conocimiento a su familia su interés de irse al seminario.

“El padre Andrés le dijo a mi padre que quería ser sacerdote y me iría a estudiar al seminario, a lo que mi padre respondió: ‘Sobre mi hijo decido yo’ y a pesar de la insistencia mi padre no cambió de parecer y actitud, porque veía invadido su espacio y su familia”, narró.

Pese a ello y a casi tres décadas de haber tomado esa decisión y seguir su camino al seminario, ayer celebró 25 años de su ordenación sacerdotal, por lo que agradeció a Dios la experiencia y el camino recorrido.