Autoridades implementan el alcoholímetro para tratar de bajar incidencia; daños fatales a terceros, entre las consecuencias
La ingesta de alcohol combinada con el volante ha generado incontables accidentes automovilísticos que han culminado en muertes, ya sea del conductor, sus acompañantes o terceros, revelan datos y organizaciones.
El consumo de alcohol por conductores se considera un problema grave, ya que esta actividad cada año cobra la vida de alrededor de 20 mil mexicanos, señala la Comisión Nacional contra las Adicciones.
Datos proporcionados por el Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes (COEPRA) y la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, área Veracruz dos, refieren que el consumo de alcohol es la causa del 60% de los accidentes automovilísticos.
Entre 33 y 60% de las lesiones severas y mortales en el grupo de jóvenes de 19 a 29 años están relacionadas con el consumo de alcohol.
Mientras que 35% de las personas lesionadas en un accidente no estaban relacionadas con el consumo de alcohol, es decir, se trataba de transeúntes, terceros en algún inmueble o alguien que iba en un automóvil ajeno al que provocó el percance.
Asimismo se determina que uno de cada cinco ingresos a las salas de urgencias de los hospitales es causado por la ingesta de alcohol.
ALCOHOLÍMETROS, PARA PREVENIR
Desde 2008 se pusieron en práctica los alcoholímetros en el estado y en 2012 se sistematizaron en las seis ciudades donde se registra el 70% de los accidentes de Veracruz, siendo éstas: Tuxpan, Xalapa, Córdoba, la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y Coatzacoalcos.
Pedro Múzquiz Peña, secretario técnico de COEPRA, dio a conocer que aunque no se tienen datos específicos sobre el número de accidentes provocados por la ingesta de alcohol, sí se puede saber que tras la implementación de los operativos de alcoholimetría éstos se han reducido hasta en 40% en Veracruz.
“No se tienen datos exactos del número de accidentes que se han registrado porque el conductor maneja en estado de ebriedad, lo que sí podemos decir es que tiene alta influencia en las lesiones y en las muertes conducir bajo los efectos del alcohol”, dijo.
Indicó que en promedio se aplican en Xalapa mil 200 pruebas cada fin de semana, de las cuales alrededor de 70 personas conducen con aliento alcohólico y de éstas 30 tienen en su organismo un nivel de miligramos de alcohol mayor a lo permitido.
EL TESTIMONIO
Seis accidentes automovilísticos, seis intervenciones quirúrgicas y dos fracasos matrimoniales forman parte de la historia de Sergio durante los años que fue alcohólico. Siendo apenas un menor de seis años conoció el sabor del alcohol, gracias a que su abuela compartía su bebida de jerez con él.
Desde los 12 años la ingesta de alcohol era una actividad constante en su vida, pues si bien sus estudios nunca se detuvieron, consumir bebidas con algún nivel etílico también era una acción que se encontraba en su quehacer cotidiano.
“Recuerdo que mi primer borrachera, la que recuerdo que fue de las más fuertes, fue cuando salí de la primaria, apenas tenía doce años, pero ya era consumidor de alcohol”, dijo.
Hijo de padres alcohólicos, Sergio consideraba la ingesta de alcohol como una actividad común, algo que no estaba mal o que podía hacer sin represalia alguna.
Entre los 18 y 20 años de edad su alcoholismo creció hasta tener graves problemas de salud, derivados de accidentes automovilísticos, ya fuera que él los provocara o que alguno de sus acompañantes fuera el responsable.
“A veces dejaba el llavín en el coche, otras no sabía dónde lo dejaba y muchas veces las personas le quitaban la batería al vehículo para que no lo pudiera manejar tomado, agradezco a todos los que se preocuparon por mí porque si no hubiera sido por ellos, habría muerto hace muchos años”, expresó.
Así fueron pasando los años y Sergio continuaba con sus actividades laborales, pues nunca faltó a su trabajo, no olvidó sus días de jornada laboral ni abandonó su espacio de quehaceres por lograr consumir alcohol.
Fue en el trabajo donde encontró a sus padrinos, Ambrosio y Cándido, de la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, quienes lo llevaron a un grupo donde encontró el apoyo que necesitaba para salir adelante.
“Yo les agradezco mucho lo que hicieron por mí porque fue una acción con la que pude salir adelante, el alcohol trajo a mi vida fracasos de vida, algunas afectaciones al organismo porque tengo un pulmón más chico que el otro, una malla en el intestino y algunos otros golpes que tendré hasta el final de mis días. Los médicos dicen que cómo puedo vivir y la única respuesta es que todo es con el favor de Dios”, expuso.