Tiene más de dos décadas que algunas familias veracruzanas, sobre todo aquellas que se ubican en un perímetro de hasta 60 kilómetros de la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, iniciaron la lucha de resistencia del No Pago de energía eléctrica, sin que a la fecha puedan conseguir uno de sus principales demandas: la reclasificación de las tarifas.
Son más de 60 mil familias divididas en 200 comunidades de 25 municipios las que decidieron decir no al pago de energía eléctrica, no a cubrir recibos elevados e imposibles de pagar y no a las presiones del personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que intenta restringir el servicio.
Campesinos, amas de casa, comerciantes, personas de la tercera edad y aquellos dedicados a múltiples oficios avalaron el movimiento de resistencia “La Leyenda de Chucho el Roto”, dirigida por Francisco Fernández Morales, conocido como el Potro.
La lucha ha sido ardua: jornadas de información, caminatas bajo el sol, recorridos por las comunidades, pláticas con los directivos de CFE y representantes gubernamentales, pero la respuesta es nula.
Los resultados no han sido positivos para los veracruzanos, pero sí lo fueron para los tabasqueños a quienes recientemente el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, les aseguró que se aplicaría la tarifa preferencial 1F y se condonaría la deuda histórica de 11 mil millones de pesos.
Las familias veracruzanas que han visto cómo el cobro de la energía eléctrica se duplicó, pese a tener el mismo consumo y los comerciantes, así como los empresarios que deben pagar cobros de hasta 35 mil pesos, piden tener un trato preferencial a los tabasqueños porque dicen “nos merecemos que nos traten igual que a los demás porque sufrimos igual o más que ellos”.
Los que se unieron a la lucha no logran comprender el porqué, a pesar de estar a la redonda de la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, lugar donde se genera el 36% de la energía eléctrica de todo el país, y ser comunidades que registran temperaturas entre los 32 y 42 grados centígrados, no han podido obtener un trato preferencial.
RESISTENCIA SEGUIRÁ
Los letreros de apoyo al movimiento de resistencia “La Leyenda de Chucho el Roto” permanecen pegados en algunas casas de las comunidades que se mantienen en la lucha, algunos ya están desgastados por el sol, pero no así las ganas e intención de lograr el cometido.
Familias completas permanecen de pie con el movimiento encabezado por el Potro, a quien, aseguran, le tienen amplio afectado por ser la primera persona que tuvo la intención de apoyarlos.
Benjamín Hernández Bautista es un empresario restaurantero de la comunidad de Cerro Gordo, en el municipio de Emiliano Zapata, quien ha tenido algunas dificultades para poder cubrir el alto cobro por el servicio de energía eléctrica.
Hasta hace un año cada bimestre debía pagar entre 30 y 35 mil pesos por los recibos de este servicio, por lo que se vio en la necesidad de hacer múltiples ajustes en su negocio para disminuir el cobro.
Sin embargo, el costo por el servicio sigue siendo elevado, pues el último recibo que comprendió los meses de enero a marzo fue por la cantidad de 18 mil 483 pesos.
LUCHA DESDE LA COSTA
En la zona costera, ubicada en el Golfo de México, Norberto Márquez Molina decidió involucrarse en esta lucha y desde hace doce años ha emprendido acciones de presión a las autoridades, sin que éstas puedan resolver a favor de las familias veracruzanas.
Las peticiones de los pobladores que se ubican en el perímetro de 16 kilómetros de la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde y quienes consideran que se encuentran en peligro permanente son: la reclasificación de las tarifas, el borrón y cuenta nueva, mejoras en las rutas de evacuación y el retiro de las órdenes de aprehensión en contra de aquellos que permanecen en la lucha.
Pese a estar encarcelado dos veces, Francisco Fernández Morales, conocido como el Potro, sigue en pie de lucha y asegura que no se dará por vencido hasta lograr que los veracruzanos sean tratados como iguales y la reclasificación de las tarifas se apliquen, sino es en toda la entidad, por lo menos en donde se ha realizado la demanda social.
Las pláticas, reuniones y acuerdos con la CFE han sido varios, pero ninguno se ha cumplido, asegura, porque que la empresa no tiene la intención de ayudar.