Fernando Salmerón Roiz, Germán Dehesa, Sergio Galindo, Roberto Bravo Garzón, Gonzalo Aguirre Beltrán, Anatole Pohorilenko, Juan de la Cabada, Ignacio Villarías, Hero Rodríguez Toro, Roberto Williams y Carlo Antonio Castro son algunos de los intelectuales que han entregado sus bibliotecas personales a la Universidad Veracruzana y cuyos acervos se encuentran en resguardo de esta institución.
Los libros —que suman miles— están distribuidos entre las bibliotecas con las que cuenta la máxima casa de estudios en sus cinco regiones, sin embargo, los acervos más importantes son resguardados en Xalapa en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI).
Tan sólo entre las donaciones de cuatro de las bibliotecas principales de la USBI Xalapa suman 41 mil 700 tomos, entre libros y revistas. Hasta el momento la más extensa es la entregada por la familia del filósofo Fernando Salmerón Roiz con aproximadamente 27 mil volúmenes, seguida de la de Germán Dehesa con 9 mil, Sergio Galindo con 4 mil 500 libros y Roberto Bravo Garzón con mil 200.
En entrevista, Ana María Salazar Vázquez, titular de la Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Veracruzana, dio a conocer que la donación de un libro representa un “regalo personal invaluable” para la UV, pero cuando se trata de colecciones completas representa el desprendimiento no sólo del que decide donarla, sino de toda la familia, amigos y personas que han interactuado con esos libros.
Por el carácter humanista de los donantes el área académica de Humanidades posee a través de sus espacios colecciones completas destacando el Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana. En la biblioteca de este espacio se encuentran resguardadas las bibliotecas personales de Gonzalo Aguirre Beltrán, Francisco Beverido Pereau, Carlos Romero Giordano, Ofelia Mora, José García Payón, Adalberto Tejeda, el fondo del general Heriberto Jara Corona, así como la biblioteca y archivo documental de David Ramírez Lavoignet y la biblioteca del Seminario de Historia que contiene un fondo de Leonardo Pasquel.
De acuerdo con datos de la propia universidad, ésta alberga las colecciones de Gonzalo Aguirre Beltrán, así como de Carlos Romero Giordano, José García Payón, David Ramírez Lavoignet y Daniel F. Rubín de la Borbolla. El mayor número de libros y revistas fue el que llegó con la fusión del Seminario de Historia a esta biblioteca, que trajo consigo colecciones de gran importancia como las de Heriberto Jara Corona, Adalberto Tejeda, Leonardo Pasquel, Ofelia Mora Muñoz y Francisco Beverido Perau. Actualmente el acervo está conformado por 17 mil 639 títulos.
José Luis Martínez Suárez, director del Área Académica de Humanidades de la Universidad Veracruzana, indicó que para aquellos que aman los libros, donar su biblioteca personal representa un acto de desprendimiento inmenso, toda vez que se trata de dejar que un bien privado se convierta en público. “La sucesión de libros representa un compromiso para quien lo recibe. Para el que lo entrega es un regalo en el sentido más estricto porque se desprende con el placer de cederlo a alguien que sabe que lo va a cuidar”, señaló.
DESCUBRIR A LOS PERSONAJES A TRAVÉS DE SUS LECTURAS
Recorrer las bibliotecas personales con las que cuenta la UV permite descubrir las preferencias literarias, influencias y hasta gustos escondidos de quienes atesoraron esos libros en vida. Además, en todas ellas se pueden descubrir dedicatorias especiales entre las páginas y hasta conocer la forma en que cada uno decidió marcar o sellar sus libros.
Alojados en la sala Carlos Fuentes Lemus, en el segundo piso de la USBI, se encuentra la colección de libros del escritor xalapeño y fundador de la Editorial UV, Sergio Galindo. Ahí en la sección de literatura, sobresalen autores como Rosario Castellanos, Carlos Fuentes, Manuel Payno, pero también hay libros como la Biblia y tomos de historia, arte y fotografía.
Compartiendo espacio se encuentra la biblioteca personal del distinguido periodista Germán Dehesa, en donde los lectores pueden encontrar libros de literatura, poseía, teatro y arte, al lado de tomos de fotografía, futbol, fauna y política.
En una sala aparte, en el segundo nivel, se encuentra la biblioteca personal del filósofo cordobés Fernando Salmerón Roiz, misma que consta de más de 24 mil títulos y mil volúmenes, entre libros, revistas, tesis y otros textos. El busto del fundador de la Facultad de Filosofía Letras y Ciencias —así llamada entonces— en la UV recibe a los visitantes al espacio en el que se pueden observar libros de matemáticas, política, religión, ética, lógica, fenomenología, historia, pedagogía, geografía, atlas, revistas, así como textos en varios idiomas y lenguas.
“Ésta es una de las bibliotecas más completas porque hay libros de casi todas las disciplinas del conocimiento humanístico y en varios idiomas. Incluso hay textos de la Universidad Veracruzana que él atesoraba pese a ya no vivir en Veracruz”, aseguró Martín Páez Bistraín, director de la USBI Xalapa. Dio a conocer que debido a lo extenso de la donación, tras casi cinco años de haberla recibido aún no se ha logrado catalogar todos los libros y textos.
Como parte de las colecciones Especiales de la USBI se encuentra la biblioteca que perteneció al bibliófilo xalapeño Ignacio Villarías, la cual fue donada a la Universidad Veracruzana por los familiares de éste amante de los libros. En ella se hallan ediciones primeras o raras en los ámbitos de la literatura y la filosofía, un gran número de libros editados en España y que difícilmente se pueden encontrar en otras bibliotecas.
Así como la colección del escritor y activista político de origen campechano, Juan de la Cabada Vera, cuyos libros, revistas y periódicos se encuentran en el área de colecciones especiales y cuya riqueza se acrecienta porque muchos de ellos contienen autógrafos o dedicatorias de intelectuales de la talla de Octavio Paz.
“Estas bibliotecas personales formaron no sólo la trayectoria literaria sino humana de quienes las han donado. Es muy interesante para el investigador o el estudiante conocer directamente los libros que están en esas bibliotecas porque son parte esencial de la formación de intelectuales, escritores y artistas”, aseguró Mario Muñoz, académico de la Facultad de Letras Españolas y actual encargado de la publicación universitaria La Palabra y el Hombre.
Destacó que al revisar estos acervos se puede entender mucho la obra de los dueños de las mismas, así como encontrar afinidades e influencias. “Pienso en las enormes bibliotecas como las de Carlos Fuentes o del maestro Sergio Pitol con temas muy variados que van desde arte hasta música, libros en diferentes idiomas o con libros dedicados por los propios autores de esos libros para ellos dos”, expuso.
ESPERA UV BIBLIOTECAS DE 2 PREMIOS CERVANTES: FUENTES Y PITOL
Actualmente la máxima casa de estudios en Veracruz está a la espera de recibir las bibliotecas personales de dos de los seis premios Cervantes de Literatura mexicanos: Carlos Fuentes y Sergio Pitol. Y es que ambos escritores anunciaron desde hace varios años su intención de heredar sus libros a los universitarios a través de la Universidad Veracruzana.
Los libros del autor de “La región más transparente” se entregarán a la USBI Xalapa tras el fallecimiento de su viuda, la escritora y periodista Silvia Lemus, y serán colocados en la sala “Carlos Fuentes Lemus”, nombre del hijo del escritor. “Incluso la intención de Fuentes fue que esta biblioteca se fuera trasladando de manera paulatina en vida, sin embargo, su repentina muerte lo impidió. Ahí está el espacio que lleva el nombre de su hijo (…) Vamos a esperar las disposiciones, saber cuántas piezas lleguen y de qué tipo”, señaló Salazar Vázquez.
Fue el propio Carlos Fuentes quien hiciera el anuncio de la donación en Xalapa en julio de 2009 en el discurso de inauguración de la Cátedra Carlos Fuentes que se instauró ese mismo año y de la que participó hasta su muerte. Tras recordar a su padre Rafael Fuentes Boettiger, quien nació en el puerto y se educó en Xalapa, y posteriormente a su tío Carlos, muerto a los 21 años dijo: “A él le debo mi nombre y se lo di a mi hijo Carlos Fuentes Lemus, en cuya memoria se nombra la sala de la Universidad Veracruzana a la que he heredado por conducto de mi esposa Silvia Lemus mi biblioteca”.
Por su parte, la herencia que entregará Sergio Pitol Demeneghi a la que fuera su última casa de estudios será puesta a disposición una vez que la familia “esté lista” para desprenderse de ella.
De acuerdo con lo anunciado por la propia rectora, Sara Ladrón de Guevara, se trata de más de 15 mil volúmenes que serán colocados en la USBI para consulta no sólo de la comunidad universitaria, sino del público en general.
La directora de bibliotecas de la UV confirmó que ya se ha tenido un primer acercamiento con la familia de “El mago de Viena”, en donde se han establecido algunos lineamientos generales, sin embargo, aclaró que son ellos los que decidirán si se hace o no la donación de la biblioteca. “Para nosotros el solo hecho de que el maestro Sergio Pitol haya expresado su intención de donar sus libros a la UV es un honor y estamos dispuestos a esperar el tiempo que sea necesario por ella. Se donen o no es positivo para nosotros”, dijo.
FAMILIAS DECIDEN EL MOMENTO Y LAS CONDICIONES DE LA DONACIÓN
La Universidad Veracruzana respeta el tiempo y las condiciones en las que las familias decidan entregar los libros que se donan, esto pese a que exista el mandato por parte de algún escritor o intelectual. Tras el fallecimiento son los familiares más cercanos los que establecen en qué momento se entregan los libros, así como la forma en que se establecerá la donación.
Salazar Vázquez informó que actualmente con cada una de las donaciones se establece un contrato en el que se especifica el número de los libros, la forma en la que se van a sellar, el mantenerlos o no unidos e incluso pueden decidir la biblioteca, facultad o región que resguardará el acervo bibliográfico. “En los últimos años se ha llevado una relación más estricta con los contratos de donación. Se estipula un contrato entre ambas partes con el afán de que estos libros lleguen a los estudiantes”, dijo.
Dio a conocer que en incluso en muchas de las donaciones además de los libros se entrega otro tipo de pertenencias personales, como cuadros, obras de arte o posesiones que acompañan a la biblioteca y que la UV recibe, mantiene y resguarda. Una vez que la UV los tiene en resguardo se debe seguir un proceso de limpieza, fumigación y catalogación muy riguroso que garantiza que los libros queden en perfecto estado antes de ser integrados a la biblioteca a la que estén asignados.
“Depende de la familia, hay quienes los entregan tras una foto general de los libros que entregan con la buena fe de ambas partes, o quienes te dan una lista de los libros o incluso si se requiere puede quedar mediante notario público, pero siempre hemos tenido éxito en las entregas y donaciones que nos emocionan mucho”, indicó.
DONAR LIBROS PARA REGRESARLE ALGO DE LO QUE LES DIO LA UV
Varios han sido los investigadores, catedráticos y funcionarios de la Universidad Veracruzana que de manera formal o informal han anunciado su interés de donar a la institución su colección de libros, revistas, películas o publicaciones como una forma de regresarle parte de lo que la UV “les dio”.
José Luis Martínez Suárez, licenciado en Letras Españolas y maestro en Literatura Mexicana por la UV, confirmó que su decisión personal es donar su biblioteca a la máxima casa de estudios como una manera de no dejar estos textos en la orfandad y asegurarse de que sean leídos y valorados.
“En un acto que es de compartir, muchos quienes amamos los libros hemos decidido ceder, con o sin testamentos, la sesión de derechos a una institución y qué mejor que hacerlo como a la universidad que recibe, acoge y prepara esos libros para que le sirvan a los estudiantes”, dijo.
Martínez Suárez reconoció que se trata de una decisión que no es fácil de tomar y la comparó a la disyuntiva que se tiene cuando se decide donar los órganos, aunque aclaró que es necesario que los donantes de libros dejen en claro su decisión. “En mi caso tengo esos libros porque tuve la fortuna de servir a la universidad y es lo menos que puedo hacer para devolver lo que la UV me ha dado a mí”.
Detalló que aunque se trata de una biblioteca “mucho más modesta” que de la de los intelectuales que han hecho donaciones completas, ya que se trata de entre 4 mil 500 y 5 mil libros de literatura, incluidos textos de literatura mexicana del siglo XIX por ser el tema de sus investigaciones. “En especial la transición entre los siglos XIX y XX. En general poesía, narrativa, cuento y novela que integran este acervo, pero también hay libros sobre arte”.
Por su parte, Mario Muñoz, encargado de la publicación universitaria La Palabra y el Hombre confirmó que él también tiene la intención de donar los libros y películas que ha atesorado durante una vida de trabajo académico. Sin embargo, dio a conocer que tiene contemplado hacerlo a través de un esquema de fundación que permita que los universitarios tengan acceso a ellos.