Veracruz, Ver.-Con el riesgo de ser víctimas de cualquier agresión y hasta atacados por un animal, decenas de trabajadores del aeropuerto internacional de Veracruz caminan más de dos kilómetros entre matorrales y falta de iluminación para salir a la carretera Veracruz-Vargas.
Aunque algunos de los trabajadores cuentan con vehículos y otros son trasladados por las empresas que se encuentran dentro del recinto, hay un sector que tiene que caminar bajo las condiciones climáticas que se presenten.
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¿Cómo llegan al aeropuerto los trabajadores?
Caminan con paraguas en mano para protegerse del sol y a veces de la lluvia, la distancia son dos kilómetros aproximadamente pero justo antes de salir o entrar a la carretera hay un tramo peligroso, lleno de hierba, con lámparas que no funcionan y sin ningún tipo de vigilancia.
Los trabajadores manifiestan que ya se han presentado robos en esa zona, incluso algunas compañeras han sido acosadas y “jaloneadas” por sujetos que aprovechan la oscuridad para cometer estos delitos.
“Yo soy empleada del aeropuerto y tengo que caminar, tanto para entrar como para salir, son más o menos dos kilómetros y solo hay iluminación en la zona del aeropuerto ya más adelante justo antes de llegar a la carretera no hay nada de luz. Ahorita con las lluvias la hierba está muy crecida, obviamente está peligroso porque si se han presentado asaltos, han jaloneado a compañeras, sobre todo las del turno de la noche”, explica una de las trabajadoras.
Comenta que en ocasiones algunos taxistas “les dan el raid” pero la mayoría de las veces los trabajadoras caminan y aunque tratan de hacerlo en grupos, los horarios son muy distintos porque hay tres turnos ya que la actividad en la terminal aérea está en operaciones 24 horas.
“Este tramo está muy solitario, aquí nada más entran los taxis del aeropuerto y algunos particulares que traen a pasajeros, no hay camiones, la única línea que entra es Sotavento pero está a una distancia de 600 metros y entra al fraccionamiento directamente, cuando caminamos tratamos de hacerlo muy rápido con el temor de que alguien se esconda entre la fauna”, comenta otra de las trabajadoras.
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El personal pide que haya más iluminación, sobre todo en la parte del distribuidor y que haya vigilancia de las autoridades policiacas para resguardar la integridad de los empleados que trabajan en distintas áreas.