Los rituales de fin de año también han resentido el impacto de la crisis sanitaria, pues además de los problemas económicos, mucha de la gente está desanimada o de luto, manifiestan algunos comerciantes de Xalapa.
Vendedores de ropa interior roja y amarilla coinciden en que cada vez es menor la demanda de estas prendas en fin de año para atraer el amor o el dinero. En comparación con otros años, dicen, ha bajado hasta un 60 por ciento.
Con 19 años dedicado al comercio, don Raúl Valdivia indica que tras un “duro” 2020, mucho de lo que se ofrece en la capital del estado es porque estaba en bodega. “Pocos se arriesgaron a surtir. Nos la llevamos con lo que teníamos de reserva. Además, quienes buscan ahora se llevan más lo amarillo, para el dinero; ya se dieron cuenta que de amor no se vive”, expresa con buen sentido del humor.
A pesar de los tiempos adversos, no pierde la fe en que el último día de 2021 la gente le “haga el gasto”. Lo mismo expresan vendedores del tianguis Primero de Mayo y quienes tienen sus negocios en diferentes puntos de la ciudad.
“Yo pienso que el coronavirus sí le pegó hasta los alegres y detallistas, porque pocos compran amuletos de la suerte”, expresa Karina Martínez Alvarado, quien rememora los buenos tiempos.
Recuerda a sus clientes, quienes con anticipación le hacían encargos de varias piezas para regalar a familiares o amigos, pero en 2020 no tuvo ventas y ahora empieza a reactivarse, pero lentamente.
¿Y las 12 uvas para que pedir deseos? Esta vez los precios están más elevados. Mientras en supermercados el kilo está entre los 60 y hasta 110 pesos, en verdulerías de algunas colonias se puede adquirir en 55, la roja con semilla.
“Yo lo que quiero es que se acabe ya lo del Covid porque así no se puede vivir tranquilo”, dice Marco Hinojosa Fonseca, quien no comprará uvas pero ya adquirió su borreguito de la suerte en el mercado Jáuregui.
En este lugar hay amuletos desde 20 pesos, con billete, semillas y espiga de trigo para atraer la abundancia, y están a la espera de ser llevadas a casa las tradicionales doceneras (velas), así como las lociones con oración.
En centros semilleros también refieren una baja en la compra de cereales o granos, que en fin de año antes eran muy solicitados para los “cuernos de la abundancia y la prosperidad”.
“Un solo deseo hay ahora y yo creo que es en todo el mundo, que tengamos salud. No importa si estrenamos, si echamos un limón en la bolsa para las malas vibras o cargamos un borreguito”, manifiesta Carolina Acosta Valladares, quien hoy celebrará solo con su hermana pues no reciben visitas en su casa y tampoco ellas van a otras.
Crisis por Covid-19 no afectará que se queme el "Año Viejo"
La crisis sanitaria por Covid-19 no tiene un impacto negativo en la tradición de la quema del “Año Viejo”, aseguran artesanos dedicados a la elaboración de estos muñecos.
Tal y como ocurría previo a la pandemia, los comerciantes se preparan con un mes de anticipación para tener listos a sus “viejitos” los días 30 y 31 de enero, con precios que van desde los 130 hasta los 200 pesos.
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“Como buenos mexicanos, se deja todo para lo último. El mejor día de venta es el 31 y los siguen buscando por el simbolismo de quemar todo lo malo”, dice don Adán Mejía Rodríguez, quien vende sus muñecos en la avenida México de Xalapa.
Él, junto a su familia, desde noviembre comienza con la manufactura de aproximadamente 50 “viejos”. Don Adán, sin siquiera pensarlo, se convirtió en motivación para otras personas.
Y es que otras familias de esa misma avenida ahora buscan un ingreso extra con esta venta. Allí están Sara Cortés y su familia, y Nohemí Cuevas Olivares y sus hijos. En promedio logran vender 40 “viejos”.
TRADICIÓN FORTALECIDA
Ricardo Caña, director del Museo de la Ciudad de Puerto de Veracruz, rememora que la tradición de “El viejo” tiene formas diversas de celebrarse en México y en otros países, sin embargo, además de la quema del muñecos está una particular surgida en el puerto, como una demanda social.
Y es que en 1975, cuando Veracruz se encontraba amurallado, los carretilleros y cargadores vieron cómo otros trabajadores de más alto rango se repartían los productos que habían sido requisados en la aduana y a ellos no les tocaba nada.
Salieron así a exigir su aguinaldo, dando pie a una tradición que, a diferencia de “La Rama”, que es por varios días y durante la noche, “El viejo” es en el transcurso de un solo día, el último del año, comparte.
El historiador opina que “El viejo” le da identidad al veracruzano, un ser jocoso que transmite alegría, que está dispuesto a bailar, cantar, reír y recorrer las calles para dar la bienvenida a lo nuevo.
Enfatiza que esta tradición se caracterizó en sus inicios por la música al ritmo de conga, pero hacia principios de los años 70 cambió al ritmo de batucada, con gente disfrazada.
Ricardo Caña opina que niños y adolescentes poco valoran este canto y danza, a pesar de ello, cree que sí hay un gran arraigo en otras generaciones, a las cuales corresponde fomentar el aprecio en los más pequeños.
De último minuto veracruzanos compran su amuleto
Veracruz, Ver.- En los últimos minutos de este año, veracruzanos se congregan en los mercados de la ciudad para comprar de último minuto el amuleto que garantice la salud en este 2022, el calzón amarillo para atraer el dinero y por supuesto los productos e ingrediente para la elaboración de la cena de fin de año.
Después del inicio de una pandemia que causó la muerte de cientos de personas; 15 mil en el caso específico del estado de Veracruz, los jarochos se dicen desinteresados en el amor y prefieren apostar por la salud para todos sus seres amados y el dinero, aunque todavía queda uno que otro buscando la prenda íntima en color rojo y algunos otros amuletos que atraigan la suerte, el trabajo y alejar las envidias.
Lorena, gerente de la tienda Tejedoras, comenta que anteriormente la mayoría de las personas buscaban el típico calzón rojo, en especial las mujeres, pero sus hábitos cambiaron.
“Sigue la tradición, pero el color rojo es lo que ya pasó de moda, ahora buscan el amarillo, la gente no quiere amor, más bien quiere dinero que le permita estar bien y con eso asegurar a la gente que quieren”, indica.
María del Carmen otra vendedora de la zona, asegura que entre el 30 y 31 de diciembre la demanda de calzones y pantaletas en color rojo y amarillo aumenta extraordinariamente ya que son muy buscados por las mujeres jóvenes.
“En estos dos días me piden muchísimo el calzón rojo, más las jovencitas, menores de 40 años porque las más grandecitas se llevan el amarillo o el blanco porque también ya se volvió de moda el blanco que es para atraer la salud”, menciona.
Por ejemplo, Berenice es fiel creyente en el calzón blanco, pues menciona que en las tiendas no busca ni el rojo ni el amarillo sino el color que la garantice la paz y la salud.
Además de esta tradición, también encuentran la fé en la obtención de amuletos que puedan portar o colgar en sus hogares para atraer la salud, el dinero, la unión familiar y alejarlos de las malas vibras.
“Estas fechas nos invade la tristeza a muchos porque han sido días muy difíciles, bastante difíciles, hemos perdido gente y en estas fechas nos aferramos a tradiciones, además de la oración en mi caso que creo en Dios, también nos inclinamos por adquirir algunos objetos que sirven como amuletos, por ejemplo, estoy interesada en comprar un cubo de Metatrón que es el protector de las puertas de la entrada al cielo, nos protege de malas vibras, de malas vibras”, explica Shirley Ramírez.
Los puestos de verduras, pollo y carne también lucen repletos de personas comprando los productos para la elaboración de la cena de fin de año.
Carmen Pacheco, busca entre su cartera los billetes para pagar los tres kilos de costilla que compró ya que este fin de año comerán costillas a la barbecue a petición de los nietos.
“Esta carita la costilla, pero es el antojo de este año, vamos a ver que tal sale, cenaremos en familia agradeciendo a Dios que estamos juntos, pedir por todos, es lo importante, que terminamos este año”, expresa.
En tanto Oscar Vargas quien busca de puesto en puesto los mejores precios para la elaboración de un buen lomo enchilado como cena de fin de año, menciona que después de la cena quemaran “el viejo” para despedir el año en familia agradecidos con Dios por el favor de continuar.
"Aquí andamos estirando el dinero, buscando todo para la preparación de la cena, vamos a cenar en familia, agradecidos por seguir aquí y vamos a quemar el viejo, es una tradición que tenemos en familia”, refiere.
Con información de Ingrid Ruiz | Diario de Xalapa