Xalapa, Ver.- En el futuro los cambios estructurales y el envejecimiento aumentarán la presión sobre los mercados laborales, advierte el estudio “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo, tendencias 2018”, de la organización Internacional del Trabajo (OIT).
Aunque la economía mundial se recupera, expone que este año la población activa continúa aumentando y, por ende, el desempleo mundial no disminuirá, sino que se mantendrá en el mismo nivel.
Asimismo señala que al analizar los cambios en la composición sectorial del empleo el informe constata que el sector de los servicios será el principal motor del futuro crecimiento del empleo, mientras que sigue disminuyendo en la agricultura y en la manufactura.
Este estudio sobre las perspectivas sociales y del empleo resalta que la tasa de desempleo mundial se estabilizó después de un incremento en 2016. Se calcula que en 2017 se situó en 5.6%, con un número total de desempleados superior a 192 millones.
Agrega que si bien las perspectivas económicas mundiales a largo plazo siguen siendo moderadas a pesar que hubo un mayor crecimiento del previsto en 2017, el informe atribuye la tendencia positiva registrada entre 2017 y 2018 al buen desempeño de los mercados laborales en los países desarrollados, donde la tasa de desempleo debería disminuir otros 0.2 puntos porcentuales en 2018 para llegar a 5.5%, una tasa inferior a los niveles anteriores a la crisis.
Pero se estima que el crecimiento del empleo no será suficiente para absorber el aumento de la fuerza de trabajo en los países emergentes y en desarrollo, aunque la situación ha mejorado con relación a 2016.
Además el desempleo mundial se ha estabilizado, los déficits de trabajo decente siguen estando muy extendidos: la economía mundial todavía no crea empleos suficientes. Es necesario desplegar esfuerzos adicionales con el fin de mejorar la calidad del empleo para las personas que trabajan y garantizar que las ganancias del crecimiento sean distribuidas equitativamente, advierte la OIT.
El empleo vulnerable aumenta y el ritmo de la disminución de la pobreza laboral desciende. El informe pone de manifiesto que los importantes progresos alcanzados en el pasado en la reducción del empleo vulnerable se han estancado a partir de 2012. Esto significa que cerca de mil 400 millones de trabajadores ocupaban un empleo vulnerable en 2017, y se prevé que otros 35 millones se sumen a ellos para 2019. En los países en desarrollo, el empleo vulnerable afecta a tres de cada cuatro trabajadores.
Como dato más positivo el informe señala que la pobreza de los trabajadores sigue disminuyendo en los países emergentes, donde se estima que el número de personas que viven en condiciones de pobreza extrema debería alcanzar los 176 millones en 2018, lo cual equivale a 7.2% de todas las personas empleadas.
“Sin embargo, en los países en desarrollo los progresos para reducir la pobreza de los trabajadores son demasiado lentos para compensar el crecimiento de la fuerza de trabajo.
En los próximos años se estima que el número de trabajadores que viven en pobreza extrema se mantendrá por encima de 114 millones, afectando a 40% de las personas con un empleo en 2018”.