Solo 4 de 10 mexicanas cuentan con un medio de ahorro formal, como una cuenta bancaria o de ahorros, mientras que solo 2 cuentan con algún tipo de seguro, señalan datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). Apuntan que las mujeres ahorran poco y que ante sus precarias condiciones laborales optan por métodos informales que poco o ninguna ventaja les ofrecen y que ponen en riesgo su dinero.
Además, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), revela que de hecho, en el país sólo 30% de la población cuenta con nociones de educación financiera, y de ese total, 92.7% de las mujeres no ha tomado algún curso sobre este tema, esos datos expone son de la plataforma de coaching financiero Coru.
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De acuerdo al estudio: Mujeres en desigualdad este sector poblacional enfrenta un enorme reto de vivir dentro de las barreras de la desigualdad financiera y laboral que limitan sus posibilidades de desenvolvimiento económico y crecimiento personal, situación que ocurre a nivel mundial, no solo en México.
Expone que a nivel laboral, las mujeres suelen ser relegadas a trabajos domésticos y a empleos con sueldos bajos, incluso más bajos que sus pares hombres.
Sin embargo, los datos de la AMIS señalan que ellas constituyen la mitad de la población mundial en edad de trabajar, “pero sus opciones de trabajo no son muy amplias y les resulta más difícil mantener un empleo estable, lo que orilla a muchas a trabajar en la informalidad con todo lo que ello implica: carecer de seguridad social, ahorro para el retiro y un ingreso estable”.
Agrega que estas condiciones laborales limitan las posibilidades de hacer uso de servicios financieros que les permitan consolidar su economía personal y familiar, “prefieren optar por métodos informales de ahorro que poco o ninguna ventaja les ofrecen y que ponen en riesgo su dinero”.
Asimismo, recalca que la pandemia tuvo un impacto mayor en empleos preponderantemente desempeñados por mujeres, lo que ha traído mayor desempleo, menos oportunidades, pobreza, sobrecarga de labores en el hogar y mucha más vulnerabilidad e incertidumbre para ellas.
¿Qué falta para mejorar educación financiera?
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Ante esta situación, expone que en el marco del Mes de las Mujeres, urge el diseño de políticas públicas y la creación de oportunidades que respondan a las necesidades y condiciones específicas de las mujeres en el mundo.
El acceso de las mujeres a la educación financiera es clave para la inclusión de las mujeres. La Condusef indica que de acuerdo con datos de la ONU si se cerrara la brecha de desigualdad en que viven las mujeres se generarían 40 mil millones de dólares de ingresos extra. Esto quiere decir que la desigualdad que padecen las mujeres nos cuesta muy caro a todas y a todos en el mundo.
Es más, recuerda que un estudio del Fondo Monetario Internacional señala que hombres y mujeres complementan sus habilidades, capacidades, actitudes y puntos de vista en el trabajo. Esto trae consigo mayor productividad, más crecimiento y mejores sueldos para todos.
Afirma que la desigualdad de género no es un tema de querer tener más o menos, sino de vivir en mejores condiciones para todos. Y la inclusión financiera de las mujeres es crucial para un mejor desarrollo económico en todos los niveles. Dice que para lograr la inclusión financiera de más mujeres es necesario impulsar una educación financiera al alcance de todas.