Xalapa, Ver.-Encargados de grupos de Alcohólicos Anónimos de Xalapa reiteran que diciembre es un mes crítico pues es cuando más recaídas hay entre quienes padecen esta enfermedad.
Consideran que falta una mayor difusión de cómo el alcohol ocasiona daños a la salud y se extiende a los ámbitos familiares y sociales, incluso con consecuencias fatales.
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En la Oficina Intergrupal Xalapa Norte comparan al alcoholismo con los efectos de los materiales corrosivos “porque dañan todo lo que está alrededor”; opinan que además de información, también es importante desestigmatizar a los grupos de apoyo.
De acuerdo con lo observado, expresan que aún hay quienes tienen la idea de que en AA encierran o maltratan cuando, aseguran, no es así, el servicio es sin costo y se da un acompañamiento, privilegiando el respeto y los derechos humanos.
“Somos alcohólicos ayudando a otros alcohólicos, no es un centro de rehabilitación, no es un anexo, la asistencia es voluntaria y son recibidos tanto hombre como mujeres, sin importar edad”.
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El número de contacto es el 22 88 15 20 33, donde pueden orientar sobre cuál es el centro más cercano al domicilio de la persona; en la ciudad hay más de 110.
¿Cómo se combate el alcoholismo?
El médico Antonio Ballesteros Ortiz le recuerda a quien tenga problemas de alcohol que se trata de una enfermedad, no de un vicio, y que causa dependencia física y mental.
El alcoholismo, añade, es una enfermedad a la que si no se le da un tratamiento, es progresiva y hasta mortal. Al hacer un recuento del bebedor social, bebedor fuerte y bebedor problema, dice que este último es el preocupante, pues a pesar de las consecuencias ya no puede dejar de consumir.
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“Hay una solución, se pueden recuperar, dependiendo de la severidad es el tratamiento farmacológico y psicosocial”, asegura el especialista de la salud mental.
Detalla que se pueden intervenir la neuromodulación, la conducta y la reducción de riesgos y daños. Puntualiza que a nivel médico, es el psiquiatra el encargado de indicar qué es lo mejor para cada persona.
Anota que únicamente está aprobada la farmacología para consumo compulsivo y en México solo se prescribe naltrexoana, acomprosato y disulfiram para evitar la ingesta.
Añade que para el síndrome de abstinencia se emplean fármacos con base en benzodiacepinas y para la ansiedad por consumo, topiramato, pregabalina y gabapentina, todo estrictamente controlado.
El psiquiatra reitera que sí hay solución para el alcoholismo, pero la recomendación es pedir ayuda desde que empieza a haber un aumento del consumo de la bebida para no llegar a una dependencia.