Un toque de alegría puso esta tarde en el centro de Xalapa el desfile de payasos para conmemorar el Día Nacional del Payaso.
El contingente se anunció con música al llegar al centro histórico por la calle de Rafael Lucio para llegar a la plaza Lerdo.
En camionetas y a pie, anunciándose a través de las cornetas de los vehículos, llegaron estos personajes caracterizados por sus vestimentas multicolor, sus grandes zapatos, su nariz roja y sus sombreros y sacos que caracterizan a cada uno de ellos, cuyo objetivo es sacar una sonrisa en el rostro de chicos y grandes.
De acuerdo con la historia, el primer circo llegó a la Ciudad de México hace 180 años, con José Soledad, pionero del arte circense.
El desfile sorprendió a los paseantes y peatones que alrededor de las 2:30 de la tarde se encontraban en esa zona, donde se detuvieron para gozar del espectáculo pleno de color, de música, baile y alegría.
Portando globos, imágenes, subidos en zancos, bailaron, brincaron, y cantaron, cumpliendo con su objetivo, ofrecer unos instantes de felicidad a quienes tuvieron la fortuna de disfrutar del desfile.
Decenas de ellos, jóvenes y adultos, hermosas payasitas vistiendo alegres atuendos multicolores y pelucas también en colores verde, rosa, haciendo juego participaron, con diminutas sombrillas, pretendiendo cubrirse el intenso sol que a esa hora caía sobre la calle con gran intensidad haciendo sudar a los participantes y a los espectadores.
Confeti dice que este diez de diciembre es su día, motivo por el cual festejan con el desfile, que tuvo muy buena convocatoria, pues se vio la participación de decenas de ellos en una estela multicolor bajando por la calle de Lucio.
Ya en la calle de Enríquez continuaron con el festejo, los payasos llegados de diversas partes del Estado, como Chilaquil de Salsa Verde, que junto con sus compañeras y compañeros vinieron de Huatusco.
En motos, en carros descapotados, lucieron sus trajes de gala y regalaron momentos de sano esparcimiento a la población que hizo un alto en su apresurado ir y venir para aprovechar y tomarse fotos con ellos, la selfie no se hizo esperar.
Entre porras para los organizadores y acompañantes siguieron su paseo a lo largo de Enriquez, invitando a apoyar y a reconocer su trabajo, así como la trayectoria de décadas que les caracteriza a las familias donde ya hay payasos en dos o tres generaciones como la familia xalapeña integrada por Coquito y Cocotina.